Episcopal Church Women

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St. George Food Bank

St George Food PantyArchdeacon Lois Maberry Episcopal Diocese of Western Louisiana and assigned to St. George Episcopal Church, Bossier City, LA

St. George is a small parish located in Bossier City, Louisiana, and geographically located one block from an interstate highway. Our church is also situated between two local motels that have become long-term rental motels. Because of the considerable number of transient friends and those who have limited cooking facilities living in the area, St. George began a food bank for special needs approximately 15 years ago.

Large quantities of staples and canned food are not needed by our frequent guests. They do not benefit from the conventional food banks in the area. We realized that there is a need for more individually packaged foods in easy-to-open containers. We have stocked our pantry with foil-packaged tuna, microwave pasta dishes, pop-top soups, and microwave macaroni and cheese. The microwavable foods work well since, according to one of our guests, the convenience store near us allows them to heat their meals there. We supplement these with breakfast bars, small fruit cups, cheese crackers with peanut butter, small containers of peanut butter, individual servings of cookies, and fruit snacks. We work to always have water and other drinks to include in each sack.

Because eating utensils are not available to many of our friends, we have asked our church family to collect those from their takeout meals, so a handful of forks, condiments, and napkins are included in each bag. We also include toilet paper, paper towels, and individual wet wipes. Small bottles of hand sanitizer are also included, as well as hotel-size toiletries, toothbrushes, and toothpaste. Several church family members bring paperback books and puzzle books to add in some entertainment items.

This is far more than just giving away leftover items from our own pantries. Taking time to talk with the friends we serve has helped us to supply their individual needs. Each month in our monthly newsletter, the list of needed items is listed, and our shelves are always stocked. We provide 15-20 bags of food per month. Our friends have learned that as long as at least one person is at the church, there is food for those in need.

2022-03-22T15:02:36+00:00March 22nd, 2022|

Nutriendo a Babilonia

Nourish-Babylon-Dinner-TableLa Villa de Babilonia en Long Island, New York, es notoria por ser un lugar seguro, amigable y hermoso para habitar. Babilonia es la costa del sur del condado Suffolk en Long Island, haciéndola así en un lugar bien popular durante las vacaciones de verano, pero el área del centro pone en despliegue restaurantes de lujo, un teatro histórico, al igual que bicicletas que mantienen a la gente oriunda de la zona y a los visitantes ocupados todo el año. La Iglesia Episcopal de Cristo ha surgido entre las casas de múltiples pisos y pintorescos parques desde 1930.

Lo que puede sorprender al promedio de los visitantes es que “Nutriendo a Babilonia” – una comunidad que se encarga en alimentar a las masas y que se reúne semanalmente- ha venido sirviendo a 50-60 comidas tipo restaurante y de calidad a los lugareños cada lunes por la noche desde su fundación en el año 2021. El ministerio se ha convertido en una iniciativa que suministra alimentos. Esta organización de 60 voluntarios ahora mantiene un jardín orgánico comunitario; recolecta y distribuye ropa, indumentaria para los exteriores, artículos para el aseo personal; conecta a huéspedes con baños portátiles; emplea a trabajadores sociales a medio tiempo para revisar las necesidades en general; y mantiene una estrecha relación con organizaciones cívicas, negocios, organizaciones sin fines de lucro, y socios filantrópicos.

Este ministerio, que hoy en día florece, paso por una dura resistencia en sus orígenes. Muchos miembros de las zonas más ricas de la comunidad en derredor a la Iglesia de Cristo asistieron a la reunión local de la junta de zonificación en protesta toda vez que se enteraron del plan de alimentar a los residentes hambrientos en su vecindario. Ellos citaron como sus preocupaciones el hecho de que habrá estacionamiento limitado, trancones en las vías, un auge en la criminalidad, y la propiedad de la zona será vulnerable en lo atinente a sus valores en el mercado de bienes raíces. Por otro lado, aquellos que apoyan esta iniciativa hablaron tajantemente acerca de la necesidad de reconocer y ayudar a los vecinos más vulnerables.

La iglesia nunca necesito de la aprobación del gobierno local para lanzar este ministerio, debido a que sus derechos están afianzados en la Libertad religiosa, pero la publicidad derivada de este debate público y notorio les gano apoyo para emprender la iniciativa “Nutriendo a Babilonia” desde sus comienzos. Diane Gaidon, quien ha sido la coordinadora de “Nutriendo a Babilonia” desde el principio, atribuye una porción de sus finanzas consistentes y el éxito que ha tenido la iniciativa en materia de voluntarios, a la visibilidad que ha tenido dicha iniciativa en los medios de de comunicación.

Desde su publicidad inicial, el equipo de “Nutriendo a Babilonia” ha convertido en prioridad el ser reconocido dentro de la comunidad, ya que esto se convierte en algo esencial para asegurar que el ministerio satisfaga las necesidades de los lugareños, atraiga a voluntarios, y sea financieramente sostenible a largo plazo. Desarrollar relaciones con los medios de comunicación local, Iglesias, y comunidades grupales ha sido crítico para el éxito del ministerio. Adicionalmente, hacer visibles dentro la parroquia los éxitos y los retos, en su página web, y a su vez, el publicar reportes y materiales de mercadeos son otras de las formas vitales de crear una concientización al respecto del ministerio.

Adentrados ya seis meses en la iniciativa de servir comidas semanalmente, las quejas de la comunidad virtualmente cesaron. Porque la Iglesia no tenía un estacionamiento adecuado para recibir el influjo de voluntarios e invitados cada lunes por la noche, “Nutriendo a Babilonia” estableció un sistema de estacionamiento efectivo basado en su deseo de ser vecinos modelos. El sistema reservo puestos de estacionamiento accesibles para las personas con discapacidades físicas y pidió a cualquiera que tuviera la capacidad de caminar que estacionara en las calles adyacentes. Un pacto de comportamiento fue establecido para cerciorarse que todos los invitados sean tratados con dignidad mientras prohibía a su vez el uso de drogas, estupefacientes, o alcohol durante el servicio de comidas los lunes.

Nourish-Babylon-Dinner-ServiceEn retrospectiva, Diane dice que el conocimiento que el equipo ha reunido de esa consulta y debate iniciales dentro de la comunidad fue invaluable para el ministerio. Los miembros de la comunidad tenían una plataforma para discutir desavenencias, y los voluntarios fueron capaces de conseguir soluciones sin menoscabar la integridad del ministerio. Esto fue vital para el equipo a la hora de realizar su trabajo porque podían escuchar atentamente las preocupaciones de las personas afectadas y responder de manera acorde. Este método de escuchar los retos e implementar soluciones concretas es ahora un elemento fundamental para el trabajo de “Nutriendo a Babilonia.”

La iniciativa “Nutriendo a Babilonia” se expandió en maneras únicas en respuesta a los deseos manifiestos y necesidades de los invitados. En el año 2016, mientras el Ministerio todavía estaba predominantemente abocado a servir comidas, las comidas de los lunes se transformaron en un tiempo significativo para que los voluntarios se conectasen con los invitados. Las plegarias nocturnas fueron une de las peticiones tempranas que ya se había convertido en parte de las rutinas de los lunes por la noche. El acceso a las duchas fue otro reto, y “Nutriendo a Babilonia” se asoció con una organización llamada “Manos a través de Long Island” para proveer duchas portátiles y de esa forma los invitados podrían acicalarse en preparación a la ingesta de las comidas tipo restaurante. A lo largo de los años, algunos de los miembros de la comunidad de “Nutriendo a Babilonia” han perecido, y sus funerales y velorios fueron sostenidos en la Iglesia de Cristo. Este simple homenaje a la vida- tan ajeno a muchas personas sin recursos o a familias que les importe- es un testamento al bálsamo espiritual que “Nutriendo a Babilonia” otorga.

Crear una experiencia cómoda, afectiva, y dignificante para los invitados es una parte esencial de la visión que proyecta el ministerio “Nutriendo a Babilonia.” A medida que el ministerio avanza y se adapta, queda claro que el llevar a buen término su visión requiere más de una comida por semana. “Nutriendo a Babilonia” se expandió en muchas maneras que los voluntarios no se esperaban cuando lanzaron la iniciativa alimenticia. Voluntarios estudiantiles coordinaron programas para que los invitados agarraran emparedados para llevar y así traer a casa algo para comer después de las comidas de los lunes. Contrataron a un Trabajador Social para revisar las necesidades de los invitados y referirlos a organizaciones locales para que reciban los tan requeridos servicios. La iglesia recolecta abrigos usados e indumentaria para los exteriores y las distribuye los lunes por la noche. “Nutriendo a Babilonia” se expandió de esta manera porque el equipo escucho a las necesidades de sus invitados y respondieron a ellas de una manera crítica. Aunque no todos los ministerios pueden satisfacer todas las necesidades existentes, construir una red de organizaciones y profesionales que puedan satisfacer las necesidades inminentes fue vital para la visión de “Nutriendo a Babilonia” que es la de enaltecer la dignidad de todos aquellos que son servidos.

“Casas asequibles siguen siendo un problema,” Se lamenta Diane. Cuando muchos de los invitados del lunes por la noche aclararon que no tenían hogar, “Nutriendo a Babilonia” llamo a Jean Kelly de la compañía “Mary Brennan Inn” y su Centro de Cambio de Transformación. El modelo usado por dicho centro se enmarca en identificar a los individuos que son más propensos a encontrar y pagar un hogar con recursos limitados y de esa manera, al seguir estos pasos, identificamos el camino que lleva de ser un sin hogar a conseguir uno propio. “Nutriendo a Babilonia” los acompaña en cada paso del proceso: Identificar oportunidades de empleo, redactor currículos vitae, obtener identificación gubernamental, pagar por transporte, y mucho más.

Este programa de acompañamiento es el último proyecto que “Nutriendo a Babilonia” ha emprendido. Antes de su iniciación, el equipo consulto con organizaciones externas para aprender de las mejores prácticas y protocolos, recaudación de fondos, presupuestos para el número de individuos que los acompañaría, y sumergir al trabajador social de medio tiempo para dentro del proceso de completar por medio de consultas a los posibles candidatos. Particularmente con tanto tiempo empleado en dichos emprendimientos, es extremadamente necesario asegurarse de que el ministerio tenga las conexiones y recursos necesarios para llevar a cabo el programa antes de su lanzamiento.

Así como el ministerio cambia en respuesta a las necesidades de la comunidad, inevitablemente, de igual forma lo hacen los voluntarios. Diane ha venido coordinando las actividades de “Nutriendo a Babilonia” por siete años, y ella reflexiona que el trabajo per se ha tenido retos muy duros.

“Es difícil para mí identificar éxitos obvios porque las personas a quienes servimos pasan por muchas vicisitudes. Tantas de ellas parecen estar pasando por problemas tan difíciles. Nosotros hacemos lo que podemos para ayudarlas, y eso nos ha llevado a contratar a un trabajador social y a comenzar este programa de acompañamiento, pero siempre hay más por hacer.”

Dos lecciones que Diane aprendió de su liderazgo de “Nutriendo a Babilonia” es el confiar en las personas que ella sirve y confiar en Dios de manera abundante. Muchos de sus invitados que vienen a las cenas los lunes se han acostumbrado a no ser tratados con dignidad desafortunadamente. Particularmente, aquellos que sufren con adicciones son negados muchos servicios sociales, y Diane tenía que decidir como “Nutriendo a Babilonia” respondería a este grupo. ¿Ella reflexiona, “Acaso es razonable pedirles a las personas adictas al alcohol que se presenten a las comidas de los lunes avocadas a aquellos que gozan de sobriedad? No, quizás no sea una buena idea. Pero podemos pedirles que mejoren sus comportamientos para que entren en comunidad con nosotros. Tenemos una política de no uso de drogas y alcohol bien estricta durante la cena, pero tampoco le vamos a negar la comida a adictos. Esto último es la parte en la que se enaltece la dignidad de estas personas.

Diane también ha aprendido a confiar en la abundancia de Dios que le permite seguir adelante a través de los retos que se presentan. “Yo solía estresarme sobre inconvenientes ínfimos- tales como que algunos voluntarios no se presentaban a trabajar los lunes por la noche. Pero de alguna manera, Dios siempre proveyó- la perseverancia lo fue todo. Cuando me llaman por vía telefónica acerca de un problema, muchas veces, la próxima llamada es la solución. Me ha hecho reír y sentirme agradecida. Me recuerda que Dios es quien está detrás de nuestro trabajo.

FNK es un ministerio basado en el Evangelio que se enfoca en la propagación de la justicia social y es liderado por un grupo de indígenas para el servicio de los indígenas. El propósito principal es el de hacer comida orgánica fresca y de calidad accesible a todos y llevarlo a consecución en un ambiente donde el empoderamiento cultural y la hospitalidad radical estén centrados. Sirviendo venado, bisonte, pavo, pescados extraídos del rio y del lago, y arroz salvaje, es un compromiso que rememora las comidas ancestrales de los grupos indígenas de la región: Dakota y Anishinabe. Esta decisión también es una respuesta a las crisis de salud en las comunidades Nativo Americanas. El trabajar para crear un espacio seguro y alegre donde todos sean bienvenidos es lo que llevo al FNK a servir a los vecinos en mesas tipo restaurante para darle ese calor hogareño que se merecen. Voluntarios se turnan a la hora de sentarse con los invitados para llegarlos a conocer mas fondo.

¿Como es que una iglesia puede emprender un enorme servicio dentro de la comunidad y mantenerlo? Las asociaciones fueron formadas con las iglesias, escuelas, grupos seculares, y una gran gama de individuos. Estas asociaciones proveyeron voluntarios los cuales se comprometieron a servir los domingos. Ya para el año 2019, FNK tenía 27 socios activos.

Entonces llego la crisis del coronavirus. Hasta este punto, FNK no había faltado a su compromiso de servir comidas todos los domingos desde su incepción. Cuando la Pandemia llevo a la afectación de FNK, dicho suceso llevo al cese de sus servicios por dos meses. A raíz de ello, los preparativos comenzaron en lo atinente a como cambiar de manera expedita la repartición de comidas, lo cual desembocó en la reducción considerable de nuestros voluntarios, la institución de reglas claras y concisas, la simplificación de nuestros servicios, y el traslado del compartir de las comidas a la parte de afuera. FNK pudo empezar de nuevo la distribución de vegetales orgánicos, y luego añadió las comidas para llevar. Hoy en día todos los alimentos están siendo servidos afuera de nuestros edificios sin distingo de las condiciones climáticas. Durante el pico de la pandemia del COVID-19, muchos socios tuvieron que retroceder un poco en sus actividades y suspender su compromisos. Para el año 2021, FNK tenía a cinco (5) socios activos. Para el momento de la redacción de este escrito, ya habían incrementado a ocho (8) socios con la certeza de que vendrán nuevos voluntarios.

Estamos agradecidos por nuestras relaciones y nuestra comunidad y sus confines.

2022-04-15T14:53:23+00:00March 22nd, 2022|

Nourish Babylon

Nourish-Babylon-Dinner-TableBabylon Village in Long Island, New York, is widely known to be a safe and friendly neighborhood and beautiful place to live. Babylon is on the south coast of Suffolk County in Long Island, making it a popular summer destination, but the downtown area exhibits fine restaurants, a historic theatre, and trafficked bike paths that keep both locals and visitors busy year-round. Christ Episcopal Church has been nestled among the now multi-storied homes and quaint parks since the 1930s.

What might surprise the average visitor is that Nourish Babylon—a weekly community feeding ministry—has been serving roughly 50-60 restaurant quality meals to hungry locals every Monday night since their founding in 2015. The ministry has become much more than a meal. This 60-volunteer-strong organization now maintains an organic community garden; collects and disseminates clothing, outerwear, and toiletries to guests; connects guests with a mobile shower facility; employs a part-time social worker to assess wholistic needs; and maintains strong connections with numerous civic, business, non-profit, and philanthropic partners.
The now-flourishing ministry was met with serious resistance upon its founding. Many members of the affluent community surrounding Christ Church attended a zoning board appeal meeting in protest once they were informed of the plan to feed hungry residents in their neighborhood. They cited limited parking, traffic congestion, increased criminality, and vulnerable property values as their chief concerns. Advocates for the new ministry spoke strongly about the need to recognize and support vulnerable neighbors.

The Church never needed the approval of local government to launch the ministry, due to its rights grounded in religious freedom, but the publicity gained from this high profile and public debate garnered support for Nourish Babylon right from the start. Diane Gaidon, who has been the coordinator of Nourish Babylon since its founding, attributes a portion of its consistent financial and volunteer support to the media attained during this launch.
Since the initial publicity, the Nourish Babylon team has made it a priority to be widely recognized in the community, as this became essential to ensuring that the ministry fulfills local needs, attracts volunteers, and is financially sustainable. Developing relationships with local media, churches, and community groups has been critical to their ministry. Additionally, making successes and challenges known within the parish, on their website, and by publishing reports and marketing materials has been another vital means of raising awareness and resources for the ministry.

Nourish-Babylon-Dinner-ServiceA mere six months into serving weekly meals, complaints from the community virtually ceased. Because the church did not have adequate parking for an influx of volunteers and guests each Monday night, Nourish Babylon established an effective parking system around their desire to be good neighbors. The system reserved nearby parking for people with disabilities and asked anyone who could walk to park on nearby streets. A behavior covenant was established to ensure that all guests would be treated with dignity while also prohibiting the use of drugs or alcohol during Monday meals.

In retrospect, Diane says that the insight the team gathered from that initial consultation and debate within the community was quite valuable to their ministry. Community members had a platform to air their concerns, and volunteers were able to build solutions without compromising the ministry. It was vital for the team to approach their work by listening closely to people’s concerns and responding accordingly. This method of listening to challenges and implementing concrete solutions is now a fundamental element of the work at Nourish Babylon.

Nourish Babylon expanded in unique ways in response to the stated desires and needs of guests. Back in 2016, while the ministry was still predominantly only serving meals, Monday dinners became a time for volunteers to meaningfully connect with guests. Evening prayer before meals was one of the earliest requests that has now become a normal part of the Monday night routine. Access to showers was another challenge, and Nourish Babylon partnered with Hands Across Long Island to provide a mobile shower so that guests could wash up in preparation for their restaurant-style meal. Throughout the years, a few members of the Nourish Babylon community have died, and their funerals and memorial services were held in Christ Church. This simple honoring of life—denied to so many people without resources or family to care for them—is a testament to the spiritual nourishment Nourish Babylon provides.

Creating a caring, comfortable, and dignified experience for their guests is an essential part of Nourish Babylon’s vision. As the ministry endured and adapted, it was clear that realizing this vision was going to require more than a single meal each week. Nourish Babylon expanded in many ways that volunteers may not have expected when they first launched a feeding ministry. Student volunteers coordinated a sandwich-to-go program so that guests could bring home a sandwich after Monday’s dinner. They hired a social worker to assess the needs of guests and refer them to local organizations for much-needed services. The church collects gently used coats and outerwear to distribute on Monday nights. Nourish Babylon expanded in this way because the team listened to the needs of their guests and responded in practical ways. While not every ministry can meet every need, building a network of organizations and professionals that can meet diverse needs was vital to Nourish Babylon’s vision of upholding the dignity of all people they serve.

“Affordable housing remains the hardest nut for us to crack,” Diane laments. When many of the Monday night guests made it clear that they were unhoused, Nourish Babylon turned to their partner, Jean Kelly, of the Mary Brennan Inn and their Center for Transformational Change. The model used by the Center for Transformational Change is identifying a few individuals who are the most likely to be able to find and afford housing with limited additional support and following these selected individuals in their journey from homelessness to housing. Nourish Babylon accompanies them in every step of their process: identifying employment opportunities, drafting resumes, getting government-issued identification, paying for public transportation, and more.

This accompaniment program is the latest Nourish Babylon is taking on. Before its initiation, the team consulted partner organizations to learn about best practices, raised funds, budgeted for the number of individuals they would accompany, and had their part-time social worker complete a thorough needs assessment of potential candidates. Particularly with such a time-consuming and potentially life-changing initiative, it is extremely necessary to ensure that a ministry has the connections and resources needed to carry out the program before launching.

Just as the ministry changes in response to the needs of the community, inevitably, so do the volunteers. Diane has been coordinating the activities of Nourish Babylon for seven years, and she reflects that the work has certainly not been without challenges.

“It’s difficult for me to identify obvious ‘successes’ because the people we serve never seem to catch a break. So many people seem to be dealing with insurmountable challenges. We do what we can to support them, and that has led to us hiring a social worker and starting this housing accompaniment program, but there is always more need.”

Two clear lessons Diane has learned from her leadership of Nourish Babylon is to trust in the people she serves and to trust in God’s abundance. Many of the guests who come to Monday dinners have unfortunately become accustomed to not being treated with dignity. Particularly, those suffering with addiction are denied many social services, and Diane had to decide how Nourish Babylon would respond to this group. She reflects, “Is it reasonable for us to ask people addicted to alcohol to show up to Monday dinners sober? No, it’s probably not. But we can ask them to elevate their behavior to be in community with us. We have a strict no drug or alcohol use policy during dinner, but we also won’t deny people a meal because of their addiction. This is part of upholding their dignity.”

Diane has also learned that trusting in God’s abundance allows her to press forward through the many challenges that arise. “I used to become stressed over seemingly minor inconveniences—such as a few volunteers not showing up to Monday dinners. But somehow, God always provides—always persevere. When I get a phone call about a problem, very often, the next phone call is a solution. It’s made me laugh and feel grateful. It reminds me that God is stewarding our work.”

2022-03-22T14:35:48+00:00March 22nd, 2022|

El Programa de alimentación “La Gracias que alberga”

Grace Episcopal Muncie IN DoorLa Iglesia Episcopal de La Gracia en Muncie, Indiana, ha sido ubicada en el sureste del Centro de la ciudad de Muncie por los últimos 140 anos. A través de los años, el área alrededor de la Iglesia ha cambiado, y la Iglesia de La Gracia también, tras participar en varios proyectos vecinales y al generar muchas iniciativas de voluntariado, incluyendo su programa de alimentación, la “Gracia que Alberga”, la cual comenzó en el año 2008. Antes de la Pandemia, sirvieron más de 100 comidas caceras todos los domingos. Cuando la Pandemia empeoro, no fueron capaces de continuar administrando dichas comidas en persona, pero ello no se interpuso en la repartición de estas. Los voluntarios entregaban una ración de comida cacera cada domingo en un saco el cual incluía un emparedado para ingerir en horas posteriores como merienda, al igual que una botella de agua para su hidratación debida. El promedio era de alrededor de 70 comidas por semana y para ello se necesitaba un personal de seis a diez voluntarios ayudando todos los domingos. El Reverendo y Doctor Paul Jacobson, el rector de la iglesia, cree que la reapertura de la parroquia para la comunidad es el trabajo más importante que la parroquia efectúa.

Para evitar que esta tan encomiable iniciativa fuera cancelada por el Departamento de Salud (el cual consideraba a estas comidas como parte del abastecimiento de la iglesia, aunque cada una de ellas era servida al público en general), cambios fueron requeridos a la estructura de nuestras instalaciones. Hubo discusiones que se originaron ya años atrás acerca de la posibilidad de construir una cocina comercial. Dos parroquianos, Kristy Koriath y Sandra Kelly, lideraron la investigación de posibles subvenciones para este proyecto antes mencionado. El proceso se llevó a cabo durante varios años. Pero cuando las subvenciones se hicieron disponibles, las cosas empezaron a moverse rápidamente, y la decisión fue tomada para el inicio oficial del proyecto en cuestión.

Al comienzo de octubre del año 2019, la parroquia recaudo más de $170,000 a lo largo de 15 meses. Ellen Brinkman lidero la campana para recaudar el capital que, al fin y al cabo, junto a las subvenciones de la diócesis y aquellas aportada por la Fundación Ross, fue como se pudo llevar el proyecto a consecución. En agosto de 2020, la construcción comenzó, y fue concluida en noviembre de 2020.

En marzo de 2021, el equipo de la cocina de “La Gracia que alberga”, liderado por los parroquianos Connie y Joe Turner, empezaron a cocinar comidas en la nueva cocina comercial. Seis parroquianos más y amigos se certificaron en las lides de manejar las comidas, y muy a menudo al menos cuatro de ellos son vistos cada domingo fungiendo como voluntarios. Los costos de las comidas son pagados por las donaciones a la iglesia, y también por las donaciones que algunos restaurantes llevan a cabo para con el proyecto. “Tenemos la visión de que la cocina comercial pueda ser utilizada para muchas cosas más que solo el programa dominical “La Gracias que alberga,”, dijo Mary Mordue, miembro del equipo de cocina quien también ayudo a aplicar a las subvenciones y otras formas de recaudación. Posibilidades futuras de cómo puede ser utilizada la cocina comercial van desde servicios alimenticios, clases de comida, a espacios para alojar a emprendedores que deseen trabajar en el campo de servicios de comida. Pero de momento, la meta principal del programa es la de lidiar con la inseguridad alimentaria.

Barbara Wills y su esposo Phil estuvieron entre los primeros voluntarios. Barbara charlo sobre los aspectos de la hermandad y la bienvenida, las cuales se sienten de manera palpable entre los voluntarios y las personas que se benefician del programa. Ella dijo, “Yo pienso que las personas se sintieron muy seguras y abrumadas de manera positiva, sin distingo quienes sean y lo que hayan hecho. “Si no estás dispuesto a hacer eso, no va a funcionar” (Barbara también fue nombrada o galardonada como “Mujer ejemplar” 2022 de la Diócesis de Indianápolis.)

La Iglesia Episcopal de La Gracia ha escogido permanecer en el centro de la ciudad de Muncie en vez reubicarse a los suburbios, para abrir una cocina comercial y la estructura que ella encierra para alimentar a los hambrientos, a realizar un cambio concientizado para darle la bienvenida a los necesitados, y a estar abiertos a lo que la voluntad de Dios quiera de nosotros y por último florecer donde nos hemos plantado.

Enviado por Mary Mordue Lisa Matucheski Diócesis de Indianapolis

2022-03-22T14:27:31+00:00March 22nd, 2022|

Gathering Grace Feeding Program

Grace Episcopal Church in Muncie, Indiana, has been located in the southeast area of downtown Muncie for 140 years. Through the years, the area around the church has changed, and Grace has changed, too, by participating in various neighborhood projects and generating many outreach programs, including its feeding program, Gathering Grace, which began in 2008. Before the pandemic, they served more than 100 hot meals every Sunday.

When COVID hit, they were unable to continue sit-down meals, but that didn’t stop them from giving out hot food. The volunteers hand out a hot meal in a sack every Sunday and include a sandwich for later, plus a bottle of water. They average about 70 meals per week and have anywhere from six to 10 volunteers helping with the meal each Sunday. Rev. Dr. Paul Jacobson, the church’s rector, believes that opening the parish to the community in this way is the most important work their parish does.

To avoid this outreach getting shut down by the Health Department (which had been graciously considering these “church meals,” even though each one was being served to the public), changes needed to be made to the building. There were discussions beginning several years ago about the possibility of building a commercial kitchen. Two parishioners, Kristi Koriath and Sandra Kelly, spearheaded the investigation of potential grants for this project. This process took a few years. But when some grant monies began coming in, things happened quickly, and the decision was made to go ahead with the project.

Beginning in October of 2019, the parish raised more than $170,000 over 15 months. Ellen Brinkman led the capital campaign, which was how most of the money was raised, along with grants from the diocese, the Ross Foundation, and Indiana Landmarks. In August of 2020, construction began, and it was concluded in November 2020.

In March 2021, the Gathering Grace cooking team, led by parishioners Connie and Joe Turner, began cooking meals in the new commercial-grade kitchen. Six parishioners and friends became certified food handlers, and often at least four of them are volunteering at each Sunday meal. The meal costs are totally covered by parishioner donations and sometimes food donations from restaurants/caterers. “We do have visions that the kitchen might be used for more than just the Gathering Grace Sunday meals,” said Mary Mordue, one of the cooking team who also helped apply for grants and other fundraising. Future possibilities for ways the commercial kitchen could serve the community include offering food service, cooking classes, and incubator space to those entrepreneurs wanting to work in the field of food services. But right now, the program’s goal is to address food insecurity.

Barbara Wills and her husband Phil were among the founding volunteers. Barbara spoke to the aspects of fellowship and welcome, which are strongly felt between the volunteers and the people they serve. She said, “I think the people that came felt very safe and welcomed, no matter what they had done or no matter who they are. If you aren’t willing to do that, it isn’t going to work.” (Barbara was also named the Diocese of Indianapolis’ 2022 Distinguished Woman.)

Grace Episcopal Church has chosen to remain in downtown Muncie instead of moving to the suburbs, to open a kitchen and building to feed those who are hungry, to make a conscious effort to welcome all people, and to be open to what God intends for us to do and to bloom where we were planted.

Submitted by Mary Mordue

2022-03-22T14:24:03+00:00March 22nd, 2022|

El Buen Samaritano Alimentando a la Bahía Tampa

Good-Samaritan-BoxesNuestra iglesia está pasando por cambios. El primero de ellos es que nos estamos adaptando a estar en el medio de una pandemia, y el siguiente de los cambios, es que pasamos por un proceso de transición para darle la bienvenida a la nueva sacerdotisa. Nuestra nueva sacerdotisa apoya el ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal y conmina al comité del Obispo junto al Grupo de Mujeres de la Iglesia Episcopal a continuar en la búsqueda mas allá de la misma iglesia para servir a la comunidad y sus necesidades. El Ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal consiste en un grupo pequeño de mujeres dedicadas a esa tarea de manera exacta.

Tras indagar nuestro Ministerio de Justicia a fondo, hemos aprendido que en nuestro condado el hambre es la necesidad más grande. Incluso antes de la Pandemia, uno de cada cuatro niños y uno de cada siete adultos se van a la cama hambrientos en el condado de Pinellas. Desde el inicio de la Pandemia, la inseguridad alimenticia ha afectado a familias que nunca habían experimentado ello anteriormente. El hambre y la inseguridad alimenticia se mantienen como una prioridad dentro de nuestra comunidad.

Decidimos de esa forma que lo arriba mencionado era un problema que teníamos que corregir.

¿Pero cómo un pequeño grupo de mujeres y una iglesia del tamaño de una familia pequeña podría alcanzar y tener éxito de manera continua a aquellos que dentro de la comunidad sufren de inseguridad alimenticia a gran escala?

Coincidentemente, el hijo de la secretaria del obispo y la presidenta del ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal tomo un trabajo recientemente con una organización sin fines de lucro llamada “Alimentando a la bahía de Tampa”. Ella nos dijo que la organización antes mencionada provee y distribuye bolsas de comida libres de cargo a aquellos en necesidad. ¡Tenemos un contacto!

Presentamos nuestra propuesta para asociarnos con la organización “Alimentando la bahía de Tampa” a nuestra sacerdotisa, y ella se mostró emocionada y dispuesta a participar y apoyar nuestra iniciativa.
La presidenta del Ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal contactó a su hijo, e inmediatamente establecieron una estación de distribución en nuestra iglesia. La iniciativa “Alimentando a la Bahía de Tampa” provee la comida, y nosotros, junto a los voluntarios, empaquetamos y distribuimos la comida, además de controlar el tráfico. ¡Imaginate – todo esto fue gratis para nuestra iglesia y comunidad! Lo único que tuvimos que hacer fue proveer el espacio y voluntarios.

La propiedad de nuestra iglesia tiene entradas para coches accesibles en cada lado, permitiendo así el fácil acceso para entrar y salir de los mismos, al igual que puestos de estacionamientos asequibles. La iniciativa “Alimentando a Tampa” llega cada jueves con el vagón de su tractor lleno de frutas frescas y vegetales, pan, leche, un tipo de proteína, etc., para distribuirlo a nuestra comunidad. Recolectamos con sus voluntarios y empaquetamos toda la comida en bolsas. Nuestros clientes manejan con sus vehículos, y les colocamos las bolsas de comida, dependiendo de lo numeroso que fueren las familias, en el maletero de sus carros. Al asociarnos con la iniciativa “Alimentando a a la Bahía de Tampa” cada mes, nuestra iglesia, junto con el Ministerio de Mujeres de la iglesia episcopal, distribuyen entre 6,000 a 9,000 libras de comida fresca a los necesitados. Nos estamos volviendo conocidos en la comunidad como una iglesia que ayuda a aquellos en necesidad.

Nuestro Ministerio de las Mujeres de la Iglesia Episcopal apoya el programa significativamente. Mantenemos nuestro ministerio de mujeres de la iglesia episcopal relevante al apoyar todos los programas que nuestra sacerdotisa y otros miembros del “Buen Samaritano” puedan crear. Al trabajar juntos para alimentar y servir a nuestra comunidad, buscamos mantener nuestra reputación en la palestra y ser “Buenos Samaritanos” como nuestro nombre lo indica. Adelante al Ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal.

La iglesia del Buen Samaritano, Clearwater, Florida

2022-03-22T14:21:47+00:00March 22nd, 2022|

Good Samaritan Feeding Tampa Bay

Good-Samaritan-Feed-Tampa-BayOur church is going through changes. The first is that we are adapting to being in the middle of a pandemic, and next, we are going through a transition period of welcoming a new priest. Our new priest supports our Episcopal Church Women ministry and urges our Bishop’s Committee along with our ECW to continue to look beyond our church walls to serve our community in its needs. Our ECW ministry consists of a small group of dedicated, caring women who do exactly that!

Through researching our justice ministry, we learned from our county that hunger topped its list of needs. Even before the pandemic, one out of four children and one out of seven adults go to bed hungry in Pinellas County. Since the pandemic, food insecurity has begun to affect families who never experienced hunger before. Hunger and food insecurity remains a top priority in our community.

We decided that this was an issue that we needed to address.

But how could a small group of women and a family-sized church reach and successfully and continuously serve this need of food insecurity to a community at large?

By coincidence, the son of our recording secretary of our Bishop’s Committee and president of our ECW recently took a job with a non-profit organization called Feeding Tampa Bay. She told us that the Feeding Tampa Bay organization provides and distributes bags of food free to those in need. We had a contact!
We presented our proposal to partner with Feeding Tampa Bay to our new priest, and she was excited and eager to participate and support our endeavor.
Our ECW president contacted her son, and immediately he set up a distribution station at our church. Feeding Tampa Bay would supply the food, and we, along with their volunteers, would package and distribute the food, in addition to managing traffic. Imagine—all this was free of charge to our church and community! All we had to do was supply the space and volunteer workers.

Our church property has wide driveways on either side, allowing for easy entry and departure, along with lots of parking spaces. Feeding Tampa Bay arrives every third Thursday with their tractor trailer truck filled with fresh fruit and vegetables, bread, milk, a type of protein, etc., for distribution to our community. We gather with their volunteers and package all the food into bags. Our clients drive through, and we place the bags of food, according to size of family, in the trunk of their cars. By partnering with Feeding Tampa Bay every month, our church with our ECW distributes between 6,000 to 9,000 pounds of fresh food to those in need. We are becoming known in the community as a church that helps those in need.

Our ECW is a staunch supporter of the program. We are keeping our ECW strong by trying to support all programs that our priest and other members of Good Samaritan may devise. By working together to feed and serve our community, we are seeking to live up to our name as being Good Samaritans. Go ECW!

The Church of the Good Samaritan ECW Clearwater, Florida

2022-03-22T14:19:10+00:00March 22nd, 2022|

Cornerstone Kids: Una Larga Historia de Servicio y Evangelización

Cornerstone Kids LogoLa compañía “Cornerstone Kids” ha servido a la comunidad de “Tampa Heights” por 38 años. Comenzó a fungir como “Cornerstone Club” en el año 1984, fundada por el Reverendo Bruce Caldwell, quien fuera el rector de La Casa Episcopal de Oración. Su intención fue la de proveer un lugar seguro para los niños en la zona menospreciada de “Tampa Heights” para su entretenimiento y el poder evitar la negatividad del vecindario en cuestión. El Club fue financieramente apoyado por la iglesia y operada de manera exitosa dos o tres días a la semana por largos años.

En octubre de 1998, el programa comenzó operando solo cinco (5) días por semana como una compañía sin fines de lucro del tipo 501(c) (3) con el nombre oficial de “Cornerstone Kids Inc.” La organización se transformó en una “Cafetería para Niños” que alimentaba a los niños de la bahía de Tampa y les daba alimentación diaria y balanceada.

Hoy en día, dichas comidas todavía son servidas diariamente, y la compañía “Cornerstone Kids”, funge como un programa que sirve a niños en los grados que van desde el Jardín de niños hasta el quinto grado de la escuela primaria en el área de “Tampa Heights” y las zonas circunvecinas. Ahora, luego de 37 años, el programa continua sus operaciones en laos predios de La Casa de Oración de la Iglesia Episcopal “St. James” en Tampa.

Las Actividades del programa se enfocan específicamente en ayudar a los niños con sus tareas, tutorías, las materias de matemáticas y lectura, tecnología, y el desarrollo socioemocional de niños que van desde las edades de 5 a 11 años y que se encuentran en riesgo debido a su clase social. El currículo incluye arte y manualidades, estudios Bíblicos, viajes de campo, juegos de mesa, matemática y lectura, educación financiera, y otras actividades dirigidas a su desarrollo en general.

En el año 2013, la compañía “Cornerstone Kids” fue galardonada con la subvención de los “Ministerios del Programa de Impacto Jubilar”. Dicho programa es un ministerio de justicia social que sirve a los pobres y oprimidos. Fue establecido por un acto de la “Convención General del año 1982” como un “ministerio de discipulado mancomunado en Cristo para los oprimidos y pobres.” Uno de sus primeros ministerios fue el de localizar y afianzar como centros Jubilares estas congregaciones, incluyendo grupos ecuménicos que ya están directamente establecidos en la misión y el ministerio con los pobres.

Como parte del marco de referencia del grupo “Adolescentes en Acción” ubicada en la bahía de Tampa, los estudiantes de la escuela secundaria “Plant” sirven como voluntarios en la compañía “Cornerstone Kids” todas las semanas. Este grupo ayuda a los estudiantes de la escuela secundaria a desarrollar sus habilidades de liderazgo y también participan en sus campanas de civilidad. El programa utiliza un currículo basado en el aprendizaje emocional y social. Los adolescentes trabajan con los estudiantes de “Cornerstone” en sus habilidades comunicativas y en el desarrollo de estrategias para complementar al resto apropiadamente. Muchos de estos adolescentes sienten que ellos ganan muchos más del tiempo invertido con los estudiantes de “Cornerstone” de lo que ellos mismos anticipaban. Para aprender más de este programa llamado “Adolescentes en Acción” y “Cornerstone Kids” por favor visiten la página web: cornerstonekidsinc.org.

2022-03-22T14:10:38+00:00March 22nd, 2022|

Cornerstone Kids: A Long History of Service and Evangelism

Cornerstone Kids LogoCornerstone Kids Incorporated has served the Tampa Heights Community for 38 years. It started as Cornerstone Club in 1984, founded by Rev. Bruce Caldwell, who was the rector of the Episcopal House of Prayer. His intent was to provide a safe place for the children in the underserved Tampa Heights community to play and avoid the negative influences in the neighborhood. The club was financially supported by the church and operated successfully two or three days a week for many years.

In October 1998, the program began operating five days a week as a 501(c)(3) non-profit organization with the official name of Cornerstone Kids Inc. The organization became a “Kids Café” of Feeding America Tampa Bay and began providing the children a hot, well-balanced meal daily.

Today, hot meals are still served daily, and Cornerstone Kids Inc. is a comprehensive after-school program that serves children in grades K-5 in Tampa Heights and surrounding neighborhoods. Now, after 37 years, the program continues to operate on site at St. James House of Prayer Episcopal Church in Tampa.

Program activities focus specifically on homework assistance/tutoring, reading and math programs, technology, mentoring, nutrition, and the social-emotional development of at-risk children ages 5-11. During the summer, Cornerstone Kids Inc. operates on a modified schedule Monday through Thursday. The curriculum includes arts and crafts, Vacation Bible School, field trips, indoor board games, organized outdoor activities, reading and math programs, financial literacy, and other enrichment activities.

In 2013, Cornerstone Kids was awarded a Jubilee Ministries Program Impact Grant. The Jubilee Ministry Program is a social justice ministry of advocacy and service for the poor and oppressed. It was established by an act of the 1982 General Convention as “a ministry of joint discipleship in Christ with poor and oppressed people, wherever they are found, to meet basic human needs and to build a just society.” One of its major ministries is locating and affirming as Jubilee Centers those congregations, including ecumenical clusters, already directly engaged in mission and ministry with poor people.

As a part of Frameworks Tampa Bay’s Teens in Action program, Plant High School students volunteer at Cornerstone Kids each week. Teens in Action is a program helping high schoolers develop performance and leadership skills and partake in civic engagement. The program uses a social and emotional learning curriculum. The teens work with the Cornerstone students on communication skills and developing strategies to compliment others appropriately. Many of the teens feel that they get a lot more out of spending time with Cornerstone students than they ever expected. To learn more about the Teens in Action program and Cornerstone Kid please visit: cornerstonekidsinc.org

2022-03-22T14:06:25+00:00March 22nd, 2022|

Episcopal Church Women in the News 03-19-22

Summary

The Virginian PilotVirginia Beach Girl Scout creates cookbook for food bank – The idea for Ivy Edwards’ cookbook struck as she was bagging giant beets and neckbone cuts of beef and pork.

Episcopal News ServiceEpiscopal churches offer menstrual products, dignity to women, girls. Period –  “Period poverty” is not a term routinely used in church to describe economic inequality

Alive – Founder of Absalom Jones Episcopal Center for Racial Healing receives presidential awards – Dr. Catherine Meeks was awarded The President Joseph R. Biden Lifetime Achievement Award and the Presidential Volunteer Service Award medal. Along with her personal recognition, the center

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Virginia Beach Girl Scout creates cookbook for food bank

The Virginian Pilot – Virginia Beach, VA

The idea for Ivy Edwards’ cookbook struck as she was bagging giant beets and neckbone cuts of beef and pork.

Volunteering at Chapel Pantry at Eastern Shore Chapel Episcopal Church, a large food bank that receives unsold fresh meats, dairy and produce from local grocers, Ivy began wondering if clients would know how to prepare some of the more unusual items.

“I wouldn’t have had a clue how to cook them,” she says. “I felt like a lot might go to waste, especially if people didn’t have time or the resources to look things up.”

Episcopal churches offer menstrual products, dignity to women, girls. Period

Episcopal News Service – Jackson Hole, WY

“Period poverty” is not a term routinely used in church to describe economic inequality, but now a growing number of Episcopal congregations are using it in their efforts to help low-income women and girls access menstrual hygiene products.

Twenty-three percent of students ages 13-19 struggled to afford menstrual products and 51% had worn such products longer than is recommended, according to “State of the Period 2021.” A separate survey of low-income women by the Journal of Obstetrics & Gynecology found that nearly two-thirds were unable to buy the tampons or pads they needed at some point in the previous year.

Founder of Absalom Jones Episcopal Center for Racial Healing receives presidential awards

Alive – Atlanta, GA

A founding executive director for the Absalom Jones Episcopal Center for Racing Healing was awarded two presidential awards, along with the center being recognized.

Dr. Catherine Meeks was awarded The President Joseph R. Biden Lifetime Achievement Award and the Presidential Volunteer Service Award medal. Along with her personal recognition, the center was named a 2022 Presidential Award Lifetime Achievement Honoree.

Freedom Kits help girls in developing countries stay in school

Yakima Herald Republic – Yakima, WA

Refugees and many who stayed behind would need safe shelter, food, clothing and medical items. For women struggling with unpredictable supply chains or life in refugee camps, that could include tampons and pads.

The 57-year tradition of Calvary Church in Stonington holding Lenten Luncheons

The Day – Stonington Borough, CT

Carole Barnard of Stonington, who heads up ECW, has been involved with the Lenten Luncheons for almost two decades and says that raising money for worthy organizations “is such a wonderful thing, such a satisfying thing.”

Blessing boxes at Episcopal Church of the Redeemer helping people in a time of need

NBC 15 News – Mobile, AL

It was about four years ago when the Episcopal Church of the Redeemer put blessing boxes in front of its property at 7125 Hitt Road in Mobile. There’s a total of three there including an emergency pantry, a toiletries box, and another one for books.

Leading with Heart workshop

The Episcopal Church Women of Province VIII are offering a workshop at United Nations CSW Forum on March 20th, 2022 9am Pacific time. The focus of the forum is the environment, so that is the theme as we model circular leadership. All are welcome and invited. The main circle will be recorded and offered at our website ecwprovinceviii.org  – there is no cost to sign up for this.

Green Tent Circle Workshop: Caring for one another and Mother Earth

Storytelling, photography, art, ceremony, ritual, circle conversations, creativity, and celebrations transform apathy into climate actions. Interactive workshop starting with a panel of women from Earth Child Institute and Green Tent Circle. LIVESTREAM:  www.facebook.com/GreenTentCircleEvent

View Past Women in Action News Blasts

2022-03-18T17:38:09+00:00March 19th, 2022|
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