Un Solución local para un problema global

 Escrito por: Unidad (Ning) Bonoan

 Se Jovial en la esperanza, paciente cuando estés afligido, fiel en la oración. (Romanos 12:12)

Mientras escribo este artículo, la jovial temporada de navidad de 2020 ha llegado en el medio de esta situación de la pandemia. En la iglesia, Sheila Mae y John hicieron una maravillosa narración del nacimiento de Jesús durante el servicio de la víspera navideña en la iglesia del Espíritu Santo en la ciudad de Safety Harbor, Florida. Solo el domingo pasado, yo presencié y rápidamente me uní a una oración de celebración (siguiendo los protocolos del distanciamiento social) que estaba siendo ofrecida por el párroco, Padre Ray Bonoan, en la sala de eventos de la parroquia convertida en una extensión de nuestra sala de ahorros. El servicio fue para Sheila Mae, quien había recibido su título de enfermería de la Universidad de St. Petersburg unos días atrás. ¿Entonces, quienes son Sheila Mae y John? ¿Qué tienen en común?

La edad de Sheila Mae y John ronda en la veintena. Ellos salen a pasear con un grupo de jóvenes quienes, al igual que ellos, son motivados por la consecución de metas en lo atinente a sus carreras profesionales y títulos universitarios mientras mantienen sus trabajos actuales para apoyarse económicamente a ellos mismos y proveer asistencia a las necesidades de las familias migratorias. La similitud más demarcada, sin embargo, es que los padres de ambos fueron víctimas y sobrevivientes del tráfico humano. Sin tener que hurgar de manera profunda, el descriptor apuntando a hombres maduros transformándose en víctimas de tráfico humano no parecía compaginar con la percepción publica de lo que es el tráfico humano. Esa era la mentalidad antes de BOCA 39 y antes de enfrentarme cara a cara con las trece (13) de las cincuenta (50) victimas, y los otros grupos de víctimas después de ellas.

Nuestra iglesia vino a conocer sobre el caso de BOCA 39 cuando el Padre Bonoan recibió una llamada en el año 2007 de un miembro del Grupo de Mujeres de la Iglesia Episcopal quien había retornado de haber asistido a una comisión de las Naciones Unidas sobre el estatus de la conferencia de las mujeres en Nueva York, para informarle sobre las víctimas del tráfico humano rescatadas en la parte sureña de nuestra diocesis. Las víctimas eran de descendencia asiática; por ende, la llamada se hizo al padre Bonoan, misionero de la diocesis asiático-americana. Por el año 2008 y más allá, la iglesia del Espíritu Santo (En Clearwater Deanery), en comunidad con la coalición de la Florida en contra del tráfico humano (sus siglas en ingles siendo FCAHT), coordinaba para el transporte de 13 de las 50 víctimas al área de Clearwater y luego movilizar a varias agencias de apoyo a las víctimas para darles: Asistencia directa a las víctimas, entrenamiento de concientización, y educación pública.

BOCA 39 es el caso de los Estados Unidos V. Sophia Manuel, de 41 años, y Alfonso Baldonado Jr., de 46 años, los dueños casados de los servicios de Quality Staffing, corporación ubicada en Boca Ratón, Florida, quienes fueron encontrados culpables del crimen de tráfico humano y enviados a prisión en el 2010. La pareja convicta trajo 50 trabajadores filipinos con visas del tipo H-2B a Boca Ratón, Florida, sobre un tiempo intercalado antes y hasta el año 2008. Les hicieron falsas promesas e incitaron a los trabajadores a pagar por adelantado los cargos de reclutamiento. Tras su arribo en los Estados Unidos, entre Julio 2006 y junio de 2008, los trabajadores fueron hacinados en una deplorable casa en Boca Ratón.

La pareja confisco los pasaportes de los trabajadores, y ellos controlaron y restringieron sus libertades para movilizarse libremente y comunicarse con extraños. Ellos fueron incomunicados de toda comunicación foránea y obligados a creer que no había ninguna manera de zafarse de esta situación sino a través del trabajo por un salario misero, si es que cobraban del todo, en vez de la gran paga que fueron prometidos. La pareja amenazo con el arresto de los trabajadores y su deportación, sabiendo que los trabajadores enfrentarían serias consecuencias económicas al igual que su posible encarcelamiento por la falta de pago en Filipinas. Además de las amenazas con arresto y la deportación si intentaban irse, no eran provistos de suficiente comida y agua.

Los Trabajadores eran alimentados solo una vez al día, ergo, cuando la oportunidad fuera propicia, los trabajadores que eran enviados a trabajar ciertos días se veían en la necesidad de robar comida para traer de vuelta a los demás. Cuando un trabajador se quejaba que la comida y agua estaban en malas condiciones, la pareja los amenazaba con ofrecerles acido, de acuerdo con la querella interpuesta. La querella legal también hacía mención de que los trabajadores eran negados el respectivo cuidado médico. Un trabajador rompió su muñeca y no fue atendido por un doctor sino hasta 10 días después. Otro trabajador sufrió de dolores estomacales, y le fue prohibido ver a un doctor. (Historia extraída del periódico Sun Sentinel, por Jerome Burdi y Erika Pesantes.)

Todos los 50 trabajadores fueron categorizados como víctimas de tráfico humano, o esclavitud moderna, lo cual está definido como el reclutamiento, transporte, provisión, y obtención de una persona para ponerla a trabajar por medio del uso de la fuerza, fraude, y coerción con el propósito de volverla servil, y esclava. Traficar personas es la adquisición de personas a través de medios impropios tales como el fraude, o el engaño, con la finalidad de explotarlas (Oficina de las Naciones Unidas sobre las Drogas y crímenes.) Dichos crímenes debían haber sido incluidas en las estadísticas de estimados global de la esclavitud moderna por la Organización Internacional del Trabajo, la cual estableció que, en el 2016, un estimado de 40.3 millones de personas fueron víctimas de esclavitud moderna y que el trabajo forzado genera $150 billones de dólares anuales. El Tráfico humano es un fenómeno global y ninguna nación es inmune a ello. Las víctimas de ello son explotadas en cada región del mundo, obligadas a la esclavitud con propósitos comerciales y sexuales en el mundo real y también en la internet.

Las formas del tráfico humano pueden verse en el Reporte de la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crímenes en el 2012, “lo cual menciona que el tráfico humano es más común en Europa, Asia central y las Américas; los tipos del tráfico de labor son más comunes en África, el Medio Oriente, el sur de Asia, el este de Asia, y el pacífico; y otras formas de tráfico tales como la extracción de órganos, rogar, y matrimonio forzoso fueron detectados de igual forma en otros países.

Información adicional en el mismo reporte aludía a hallazgos importantes que arrojaban que aproximadamente el 60% de las víctimas son mujeres (75% son niñas); 27% son niños (dos de cada tres son niñas); y que los traficantes son generalmente hombres que provienen del mismo país que las víctimas. En suma, más mujeres y nacionales de otros países están más involucrados en tráfico humano que en otros crímenes per se. Entre en 2007 y el 2010, 50% fueron traficados a través de las fronteras, 24% fueron transferidas dentro de las regiones, y el 27% fueron casos de tráfico domésticos

El “reporte del 2020 sobre el tráfico: Estados Unidos” por el Departamento de estado de los Estados Unidos documenta que: “Casos de tráfico Humano han sido reportados en todo los 50 estados y el distrito de Columbia. Traficantes obligan a las víctimas a entrar en el sexo comercial y a trabajar tanto de maneras licitas como ilícitas en diversas industrias y sectores, incluyendo la hotelería, ventas de viajes, agricultura, servicios de conserjería, construcción, paisajismo, restaurantes, fabricas, el cuidado de personas con discapacidades, servicios de salones de fiestas, lugares para masajes, establecimientos comerciales, ferias y carnavales, ventas ambulantes, tráfico de Drogas y su distribución, instituciones religiosas, jardines de niños, y trabajo doméstico. Individuos de los Estados Unidos vulnerables al tráfico humano incluyen: Niños en el sistema juvenil de justicia y bienestar; incluye también padres putativos , chicos o chicas que huyen del hogar, niños foráneos que carecen del debido cuidado y de estatus inmigratorio; individuos buscando asilo; Indios Americanos y los nativos de Alaska, particularmente mujeres y niñas; individuos con problemas de Drogas; trabajadores migrantes, incluyendo a trabajadores indocumentados en casas diplomáticas; personas con limitaciones para el habla del idioma inglés; personas con discapacidades; individuos de la comunidad LGBTI, y personas víctimas de violencia doméstica. Cabe destacar de igual manera que, algunos ciudadanos americanos incurren en el sexo infantil de manera turística en países extranjeros.

¿Entonces, como estas estadísticas de tráfico humano se desarrollan en este de ambiente de “barbijos” que caracteriza a la pandemia? El COVID-19 ha devastado vidas humanas, la economía global, y el sistema educacional. Al mismo tiempo, las empresas criminales han evolucionado debido a los confinamientos y restricciones de viajes, y la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crímenes advierte que criminales utilizaran la pandemia como una oportunidad para explotar a aquellos que sufren económicamente. Como “emprendedores” criminales, las redes de crímenes buscan explotar y sacar redito económico de los más vulnerables, hacienda aún mucho más hincapié en su creatividad macabra para tales fines.

La Organización de la Labor Internacional estima que los confinamientos de la pandemia del año 2020 han afectado a 2.7 billones de trabajadores y un 81% de la fuerza laboral a nivel global. En el punto más álgido de los confinamientos de abril de 2020, de acuerdo con la Organización Cultural, Científica, y Educacional de las Naciones Unidas, los cierres de las escuelas en 195 países afectaron al 90% de los estudiantes a nivel mundial en los niveles de primaria, secundaria, y terciaria. Dadas las enormes dificultades económicas en las familias, el movimiento masivo de personas, y el cierre de escuelas (a través de muchas intervenciones sociales son entregadas a aquellos que están en mayor riesgo), el tráfico humano puede florecer en este ambiente actual. (Extraído del Libro, La Evolución del Tráfico Humano durante la pandemia del COVID-19, por Christina Bain, y Louis Shelley)

Ergo, el tráfico humano es una aflicción a nivel global, pero puede ser erradicado a través de la misericordia y la gracia de Dios, una víctima a la vez; un perpetrador redimiéndose; una comunidad orando intensamente y mostrando compasión. Dios ya tiene provisiones para cubrir nuestras necesidades para combatir la oscuridad malévola en la humanidad. Él ha compelido a nuestra iglesia en Safety Harbor para responder el llamado a asistir en la restauración de aquellas víctimas de tráfico humano que son rescatadas, lo cual incluye: Refugio seguro, necesidades básicas de comida y vestimenta, educación, cuidado de salud y referidos médicos, consejo legal, integración de la sociedad, y el cuidado pastoral y espiritual.

También se puede decir que fue un acto providencial que justamente antes de responder al llamado de este ministerio, nuestra iglesia fuera la receptora de un nuevo pasajero transportador otorgado por la organización de la Iglesia Episcopal llamada Thank Offering. Ciertamente fue colocado para un buen uso de manera inmediata. Además, Dios continúa dándonos lugares tales como esta plataforma para compartir y esparcir la buena nueva.

A través del gobierno de los Estados Unidos, nuestro Señor otorgo a los testigos federales protección llamada el Acto de Protección para las Victimas de 2000 (el cual más tarde fue reautorizado como el TVPA Wilberforce, por el parlamentario Británico William Wilberforce (1759-1833), quien trabajo de manera incansable para la abolición de la esclavitud, al igual que lo hizo Abraham Lincoln (1809-1865) en los Estados Unidos. Bajo el TVPA, las víctimas fueron capaces de aplicar por una visa del tipo T, la cual les permitió aplicar por la residencia permanente y hacer la solicitud de la ciudadanía americana para con familiares.

Aunque el resto de la historia es ahora pasado, Sheila Mae, John, y el resto de los sobrevivientes y sus familiares, junto a la congregación de nuestra Iglesia local, continuara orando de manera incansable y escuchara el llamado de Dios hacia el ministerio en contra del tráfico humano: La provisión de ayuda directa a las víctimas; concientización publica, educación, y entrenamiento.

Enero de 2021 es proclamado como el mes de la prevención del Tráfico Humano.

¿Como estas siendo llamado?

Línea directa en contra el Tráfico Humano:
1-888-373-7888

ENVIA EL TEXTO “BEFREE” (233733)

humantraffickinghotline.org

Otras lecturas importantes

Polaris Human Trafficking: polarisproject.org

Alliance 8.7 Partnership: Alliance87.org

United Nations: unodc.org

Thistle Farms: thistlefarms.org

Ma’am Anna: The Remarkable Story of a Human Trafficking Rescuer by Bunko, Anthony, Rodriguez, Anna (2013)