Communique Magazine

La Cocina de Primeras Naciones

Rev-Robert-Two-BullsVolunteers-Annie-and-Todd-SchillingLa Historia de “La Cocina de Primeras Naciones” ha tenido sus raíces en el ocaso de los años 90 por medio de la Reverenda Melanie Spears, su esposo George y su familia, y la congregación de “La Misión India de Todos Los Santos”. Durante este tiempo, las conferencias del “Camino Entrelazado” o “Path Crossing” fueron sostenidas. El “Camino Entrelazado” o “Path Crosssing” promovió la exploración de asociaciones Interculturales, uniendo así predominantemente a las congregaciones nativo-americanas con las congregaciones anglosajonas en los Estados Unidos.

A través del Reverendo Mark McDonald, una conexión fue hecha entre las Iglesias de “Todos Los Santos” y San Paul en Indianápolis. La Madre Melanie se esmeró en construir relaciones, tiospaye, comunidad, opuestas a asociaciones de intercambio. Los parroquianos de la iglesia de “Todos Los Santos” hospedaron a parroquianos de la iglesia de “San Paul” en sus casas. La invitación de la Madre Melanie fue, “Vengan y sean parte de nuestra familia.” Esta fue la temática a lo largo de la asociación que llevo a las personas de ambas iglesias, al igual que aquellos pertenecientes a las iglesias de “San Juan el bautista” y “La Catedral de San Marco” (ambas ubicadas en Minneapolis) a trabajar mancomunadamente, sin restricciones, en un proceso liderado por El Espíritu Santo para la renovación de la Iglesia.

Posteriormente, una pregunta resalto: “Que te gustaría hacer si tu pudieras poseer algo aquí?” La respuesta arribo: “Abrir una cocina que sirva sopa.” La necesidad de tener un programa de alimentación en la comunidad fue aparente. Con el pasar del tiempo, una cocina comercial fue construida, capacitando así el comienzo de tal ministerio. El espacio fue preparado de una manera magistral, y las semillas fueron plantadas. La Madre Melanie tuvo que jubilarse medicamente en el año 2000, lo cual hizo cesar los próximos pasos, pero en aquel entonces ella recuerda haber tenido “una visión de un hombre nativo viniendo a la iglesia…una persona que estaba supuesta a estar allí.”

Chef-Austin-BartoldCuando el Reverendo Robert Dos Toros visitó y entrevisto en la iglesia de “Todos Los Santos” después, expreso sus esperanzas de que un ministerio de alimentación empezara y fuera sostenible. Esto se concatena con lo expresado por el Padre Robert al expresar: “Alimentar y dar de beber al hambriento y sediento, hospedar al forastero, son tanto un mandato del evangelio como una practica Lakota.” Mateo 25: 35-36 establece, “Porque tuve hambre, y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui un forastero y me hospedaste, estuve desnudo y me cobijaste, estuve enfermo y cuidaste de mí, estuve en prisión, y me visitaste.”

Volunteer-Sammie-LahrEl Reverendo Robert Dos Toros aceptó el llamado a servir como el vicario de la iglesia de “Todos Los Santos” y el misionero para el departamento del Trabajo Indio en la Iglesia Episcopal en Minnesota o sus siglas en inglés (ECNM). Un plan detallado y cuidadoso se puso en marcha, y “La Cocina de las Primeras Naciones” o como lo indican sus siglas en inglés (FNK) empezó sirviendo el día de todos los santos, el 1 de noviembre de 2008. El Padre Robert ideo el nombre “La Cocina de Todas Las Naciones”, notando que vivimos cerca de la frontera con Canadá y el termino “Primeras Naciones” es usado para describir a los pueblos indígenas de Canadá. Estas palabras encapsulan el hecho de que los pueblos indígenas en los Estados Unidos también son oriundos de otras naciones y enfatiza las comidas que servimos: Orgánicas e indígenas.

2022-04-04T13:16:43+00:00April 4th, 2022|

Everyone Deserves a Full Belly

Food Security 2Since the pandemic started back in 2020, the Communique’ editorial staff has witnessed as well as discussed what services local ECW groups provide that have the largest impact in their community. Food by no surprise continued to rise to the forefront of community needs.

Many of our groups rose to the need and focused on mask making and looking for ways to support those who were shutoff from their normal daily lives. We have seen the creation of sharing libraries stocked with books donated by church goers, technology support teams reach out to those who may need help with online-video meeting, and the reestablishment of the old-time telephone tree, but in the end, food drove the most basic requests.
It is by no accident that we dedicate this issue of the Communique’ to food. The lessons we learned in 2020 still chime with importance today. The Economic Research Service of the U.S. Department of Agriculture reports that in 2020, 10.5 percent of households were food insecure at least some time during the year, including 3.9 percent (5.1 million households) that had very low food security.

Food insecurity rates are highest for single mother households and households with incomes below poverty line.

In 2020, 35.3 percent of households with incomes below the Federal poverty line were food insecure. Food-insecure households include those with low food security and very low food security. Rates of food insecurity were substantially higher than the national average for single-parent households, and for Black and Hispanic households. Food insecurity was more common in both large cities and rural areas than in suburban areas.
Parents often shield children from experiencing food insecurity, particularly very loFood Security Chartw food security, even when the parents themselves are food insecure. In 2020, 14.8 percent of households with children were food insecure. In about half of those food-insecure households with children, only the adults experienced food insecurity. But in 7.6 percent of households with children, both children and adults were food insecure sometime during the year. In 0.8 percent of U.S. households with children (322,000 households), both children and adults experienced instances of very low food security.

Food insecurity rates differ across States due to both the characteristics of their populations and to State-level policies and economic conditions. The estimated prevalence of food insecurity during 2018–20 ranged from 5.7 percent in New Hampshire to 15.3 percent in Mississippi (data for 2018–20 were combined to provide more reliable statistics at the State level).

As this issue of the Communique’ leaves the printing press to make its way to thousands of ECW members around the world, our prayers turn to the erupting conflict in Eastern Europe. How will the millions of refugees impact food production and consumption in the coming years? — Editor

* Data Courtesy of the Economic Research Service of the U.S. Department of Agriculture

2022-03-22T15:28:21+00:00March 22nd, 2022|

La inseguridad alimenticia en nuestra comunidad

La Iglesia Episcopal de San Juan, Lafayette, Indiana

La iglesia Episcopal de San Juan está ubicada en el centro de Lafayette y mantiene tres oportunidades directas de servicio para aleviar la inseguridad alimenticia en nuestra comunidad del condado de Tippecanoe (Una población cerca de los 200.000). Los participantes en la iglesia de San Juan apoyan estos esfuerzos por medio de la oración, voluntariado en las diferentes localidades, y la donación de comida y bienes. Trabajando con el banco de comida de Lafayette (una iniciativa perteneciente al programa llamado “Alimentando América”) en Lafayette, Indiana, las tres ubicaciones incluye al Banco de Comida llamado “Descubridores de Comida”, la lacena local de nuestra iglesia, y los apartamentos “Fowler” en el centro de Lafayette.

En el centro de distribución del banco de comida llamado “Descubridores de comida”, miembros de nuestra congregación colectiva e individualmente revisan la comida, trabajan en la oficina para distribuir bienes y artículos, ayudan para empaquetar artículos para la distribución, y demás.

En espacio de trabajo de la iglesia episcopal de San Juan se designa un programa social. En asociación con el Ministerio Urbano de Lafayette, la Lacena llamada “Proteína” sirve a la comunidad cada jueves con la distribución de frutas y verduras frescas, carne, y productos de papel a individuos calificados.

Los apartamentos Fowler hospedan a ancianos y personas con discapacidades. Después que un individuo se ha registrado con los “descubridores de comida”, la agencia junta una larga caja de artículos requeridos por personas. El cuarto viernes de mes, un camión tipo van de los “Descubridores de comida” va hacia los apartamentos, y voluntarios de la Iglesia de San Juan entregan las cajas a los clientes.
El almuerzo comunitario de los domingos es una comida de mediodía preparada para personas viviendo en nuestro vecindario, de las cuales muchas viven en albergues. Entre 60 y 120 personas son servidas esta comida el Centro “Ray Ewry” en Lafayette. La iglesia de San Juna toma turnos con otras Iglesias de nuestra comunidad, normalmente sirviendo tres o cuatro veces por año. Nosotros preparamos y planeamos, servimos y limpiamos las áreas donde se sirven las comidas. El Fondo económico de nuestra parroquia ayuda a balancear el costo de este ministerio.

Las comidas hospitalarias están disponibles para personas que vienen a la iglesia necesitando una comida. (No guardamos efectivo con el cual comprar comidas individuales.) Estas comidas están localizadas en la cocina de nuestra parroquia y debido a ello cualquier parroquiano puede acceder a ella para su distribución. El Ministerio Juvenil prepara y reabastece las comidas de acuerdo con su demanda. Cada comida consiste en carnes, quesos, frutas, galletas crackers, botellas de agua, servilletas, pudines, y utensilios plásticos. El fondo de nuestra parroquia cubre con los costos.

¿Cuáles son los dones recibidos de estos ministerios? Los dones son recibidos en los dos lados: Sentimientos de alegría, un sentido de hermandad, y el Desarrollo de relaciones satisfactorias. Los recipientes se dan cuenta que no están solos y que le importante a las personas. Ayudar a las personas con la inseguridad alimenticia también permite que sus salarios les alcance.

¿Cuáles son los retos? ¡La medula espinal de estos ministerios son los voluntarios- Mas siempre serán bienvenidos! Aunque la pandemia ha hecho que la gente dude de querer servidor, La iglesia episcopal de San Juan esta bendecida de tener a un grupo de voluntarios maravillosos quienes van a avante a servir al Señor.

Entregado por Charleen Watson

Diócesis de Indianápolis

2022-03-22T15:23:54+00:00March 22nd, 2022|

Food Insecurity in our Community

St. John’s Episcopal Church is located in downtown Lafayette, Indiana, and maintains three direct opportunities of service to help alleviate food insecurity in our community of Tippecanoe County (population about 200,000). Communicants at St. John’s support these efforts by praying, volunteering at the different sites, and donating money and goods. Working with the Lafayette Food Finders Food Bank (an outreach of the Feeding America program) in Lafayette, Indiana, the three sites include Food Finders Food Bank, the local pantry at our church, and the Fowler Apartments in downtown Lafayette.

At the Food Finders Food Bank Distribution Center, members of our congregation collectively and/or individually sort foods, work in the office to distribute goods, help in gathering and/or packaging of items for distribution, and so forth.

On the ground floor of St. John’s is an area designed for outreach programs. In partnership with the Lafayette Urban Ministry, the Protein Pantry serves the community each Thursday with the distribution of fresh produce, meat, and paper products to qualified individuals.

The Fowler Apartments house senior citizens and people with disabilities. After an individual living there has registered with Food Finders, the agency puts together a large box of requested items for this person. On the fourth Friday of each month, a van from Food Finders comes to the apartments, and volunteers from St. John’s personally deliver the boxes to the clients.

The Sunday Community Lunch is a prepared midday meal for persons living in our neighborhood, some of whom live in local shelters. Between 60 and 120 persons are served at this meal held at the Ray Ewry Center in Lafayette. St. John’s takes turns with other neighborhood churches, normally serving three or four times in a year. We plan and prepare, serve, and afterward clean up the meal and serving areas. Our Parish Outreach Fund helps offset the cost of this ministry.

Hospitality Meals are available for persons who come to the church in need of a quick meal. (We keep no cash on hand with which to purchase individual meals.) These meals are located in the parish kitchen so any staff member or parishioner can access them for distribution as needed. The Youth Group prepares and replenishes the stock of meals as needed. Each meal consists of packaged meats, cheeses, fruit, pudding cups, crackers, bottled water, napkins, and plastic utensils. Our Parish Outreach Fund covers the cost.

What are the gifts received from these ministries? The gifts are received on both sides: feelings of joy, a sense of fellowship, and the development of meaningful relationships. The recipients realize they are not alone and that people care about them. Helping people with food insecurity also allows them to stretch their limited income.

What are the challenges? The backbone of these ministries are volunteers—more will always be welcomed! Even though the pandemic has made people hesitant to step forward to serve, St. John’s is blessed with a wonderful group of volunteers who go forth to serve our Lord.

Submitted by Charlene Watson

2022-03-22T15:21:55+00:00March 22nd, 2022|

First Nations Kitchen

Rev-Robert-Two-Bulls

Rev. Robert Two Bulls

Volunteers-Annie-and-Todd-SchillingThe story of First Nations Kitchen has its roots in the late 1990s with the Reverend Melanie Spears, her husband George and family, and the congregation of All Saints Indian Mission. During this time Path Crossing conferences were being held. Path Crossing encouraged the exploration of cross-cultural partnerships, linking predominantly Native American congregations with mostly Anglo congregations in the United States.

Through the Right Rev. Mark McDonald, a connection was made between All Saints and St. Paul’s, Indianapolis. Mother Melanie was intent on building relationships, tiospaye, community, as opposed to transactional partnerships. All Saints folks hosted St. Paul’s folks in their homes. The invitation from Mother Melanie was, “Come be part of our family.” This was the thread throughout the partnering that led people from both churches, as well as those of St. John the Baptist and The Cathedral of St. Mark (both in Minneapolis) to work together, hands on, in a Spirit-led process of renovating the church.

Chef-Austin-BartoldAfterward, a question was posed: “What would you like to do if you could have something here?” The answer that came: “Open a soup kitchen.” The need for a feeding program in the community was apparent. In time a commercial kitchen was built, enabling the beginning of such a ministry. The space was beautifully prepared, and the seeds were planted. Mother Melanie had to take early medical retirement in 2000 which halted the next steps, but at the time she recounts having “a vision of a Native man coming to the church… a person who was supposed to be there.”

When the Reverend Robert Two Bulls visited and interviewed at All Saints years later the parishioners expressed their hopes that a feeding ministry would begin and become sustainable. This spoke to Father Robert, as he noted, “Feeding and giving water to the hungry and thirsty, welcoming the stranger, are both a Gospel mandate and a Lakota practice.” Matthew 25:35-36 reads, “For I was hungry, and you gave me food, I was thirsty and you gave me something to drink, I was a stranger and you welcomed me, I was naked and you gave me clothing, I was sick and you took care of me, I was in prison and you visited me.”

Volunteer-Sammie-LahrThe Reverend Robert Two Bulls accepted the call to serve as the Vicar of All Saints and the Missioner for the Department of Indian Work in the Episcopal Church in Minnesota (ECMN). Detailed and careful planning ensued, and First Nations Kitchen (FNK) began serving on All Saints Day, November 1, 2008. Father Robert came up with the name First Nations Kitchen, noting that we live close to the Canadian border and the term “First Nations” is used to describe the indigenous peoples of Canada. These words capture the fact that the indigenous peoples here in the U.S. also hail from sovereign nations and further emphasize the foods that we serve: indigenous and organic.

FNK is a justice-focused, Gospel based ministry led by indigenous people for indigenous people. A primary intent is to make high-quality, fresh, organic food accessible to all and to do this in a setting where cultural empowerment and radical hospitality are centered. Serving venison, bison, turkey, lake  and river fish, and wild rice, is a commitment to making meals which hearken to the ancestral foods of the indigenous peoples to this region: Dakota and Anishinabe. This decision is also a response to the health crises in the Native American communities. Working to create a safe and joyful space where all  are welcomed led FNK to serving neighbors at tables on dishes as if in a restaurant or family home. Volunteers take turns sitting to eat with guests and getting to know one another.

How does a mission church take on such a huge service within the community and sustain it—relationships and community building. Partnerships were formed with churches, schools, secular groups, and a wide range of individuals. These partnerships provided volunteers committing to serving on Sundays. By 2019, FNK had 27 active partners. Then came COVID-19. To this point, FNK had not missed serving a Sunday meal since opening. When the pandemic hit FNK halted services for two months. Planning began in earnest for how to safely change our services, by greatly reducing volunteer numbers, instituting clear and consistent COVID safety practices,  simplifying our service, and moving the sharing of foods outside. FNK reopened first with distributing bagged organic produce, then adding To Go meals. To date all food is being served outside our building, rain, snow or shine, whatever the season. During the height of COVID-19 many partners had to step back or suspend their commitment. By 2021 FNK had five active partners. At the time of this writing they have increased to eight and believe they will see newer and returning groups and volunteers.

We are grateful for our relationships in our community and beyond.

Ritchie Two Bulls (she/her/hers)
Outreach Coordinator, First Nations Kitchen
An Outreach of All Saints Indian Mission
firstnationskitchen.org
612-790-8482

2022-04-08T13:04:37+00:00March 22nd, 2022|

El Camión de comida de St. James

Con los CAMBIOS vienen RETOS, y los feligreses de la iglesia episcopal de St. James ubicada en leesburg, Florida, asumieron uno de tantos retos cuando la pandemia del COVID-19 surgió a la palestra y cambio la dinámica. A raíz de ello, un plan fue desarrollado para satisfacer las necesidades alimenticias de la comunidad a través de un programa denominado ENTREGA DE COMIDA.

Rita Clements (perteneciente a la iglesia de St. James) hizo contacto con el banco de comida local ubicado en la ciudad de Leesburg. En el tercer miércoles de cada mes desde las 9:00 am hasta las 12:00 pm, un personal de cuatro a cinco personas utilizando barbijos y una indumentaria bien cómoda se alistaron para atender a los feligreses que se transportaban en sus vehículos hacia el “auto servicio” con sus bolsas de comidas, y muchas veces, con donaciones monetarias. El dinero fue trasladado de los vehículos y colocado en el camión del banco de comida ubicado en Leesburg, el cual se estaciono en un lugar visible en frente a la iglesia. Cordiales intercambios entre las personas se llevaron a cabo durante dicha dinámica, cabe resaltar. Al mediodía, alrededor de la hora de cierre, un conductor del banco de comida cargo su bicicleta dentro del camión y se dirigió al banco de comida para prepararse para el mes entrante.

La participación ha sobrepasado nuestras expectativas. La siguiente es una de las propagandas mensuales que se transmite después de cada uno los eventos de las entregas de comida.

El camión del banco de comida fue estacionado en frente de la iglesia aguardando por la entrega de comida de enero de 2021. Los voluntarios estaban listos para promulgar otra bendición cuando nuestros feligreses de la iglesia episcopal de St. James condujeron por el área y contribuyeron con comida y donaciones monetarias para aquellas personas pertenecientes a nuestra comunidad.

SUMAS RECOLECTADAS EN LA ENTREGA DE COMIDA DE ENERO DE 2021:

1,228 libras de comida
$2539.00

LA SUMA TOTAL QUE SE RECOLECTO EN LA ENTREGA DE COMIDA DE DICIEMBRE DE 2021:

22,119 libras de comida
$28,182.00

El ADN de la alegría es el agradecimiento. Su generosidad para compartir demuestra:

Un poco menos de ti
Un poco menos de mi
Y un poco más de nosotros

Una vez más, gracias por su increíble generosidad hacia nuestra comunidad y para con este Proyecto. Que las bendiciones de Dios se derramen sobre ustedes, y manténganse a salvo.

2022-03-22T15:08:37+00:00March 22nd, 2022|

St. James Food Truck

With CHANGE comes CHALLENGE, and parishioners of St. James Episcopal Church in Leesburg, Florida, met the challenge when COVID arose and a change in local needs presented itself. A plan was developed to meet the community’s food needs through a program named FOOD DROP.

St. James’ Rita Clements made contact with the local Leesburg Food Bank. On the third Wednesday of each month from 9 a.m. to 12 p.m., a crew of four to five people wearing masks and comfortable attire got ready to meet the cars and trucks of parishioners in the “drive-through” with their bags of food and many times, monetary donations. The bounty was transferred from the cars’ occupants and placed in the opened Leesburg Food Bank Truck, which was parked in a visible place in front of the church. Friendly exchanges were made, and so each day began. At noon, closing time, a driver from the food bank loaded his bicycle into the truck and drove back to the food bank to prepare for the next month.

Participation has gone far beyond our expectations. The following is one of the monthly blurbs that goes out after each of the monthly Food Drop “happenings.”
The food bank truck was parked in front of the church awaiting the January 2021 monthly Food Drop. The volunteers were ready to enact yet another blessing when our St. James parishioners drove by and contributed food and monetary donations for those in our community.

The DNA of JOY is thankfulness.
Your generosity of sharing demonstrates
A little less of you A little less of me And a little more of US

 

JANUARY 2021 FOOD DROP COLLECTED:

1,228 pounds of food
$2539.00

DECEMBER 2021 FOOD DROP YEARLY TOTAL:

22,119 pounds of food
$28,182.00

Once again, thank you for your incredible generosity toward our community and this project. God’s blessings to you and stay safe.

2022-03-22T15:06:57+00:00March 22nd, 2022|

El Banco de Comida de San Jorge

St George Food PantyEl Archidiácono Louis Maberry de la Diócesis Episcopal del Oeste de Luisiana y asignado a la iglesia Episcopal de San Jorge ubicado en la ciudad de Bossier en el estado de Luisiana.

La iglesia de San Jorge es una parroquia pequeña ubicada en la ciudad de Bossier en el estado de Luisiana, y geográficamente localizada a una cuadra de la autopista interestatal. Nuestra iglesia también está situada entre dos moteles que se han transformado en moteles a la renta a largo plazo. Debido al considerable número de amigos transeúntes y aquellos que poseen limitadas instalaciones para cocinar y acceder a alimentos, la iglesia de San Jorge comenzó un banco de comida para satisfacer necesidades especiales ya hace más de 15 años atrás.

Grandes cantidades de artículos y enlatados no son necesitados por nuestros huéspedes frecuentes. Ellos no se benefician de los bancos de comida convencionales en derredor. Nos percatamos de que había una necesidad mayor para las comidas empaquetadas en contenedores fáciles de abrir y maniobrar. Hemos abastecido nuestra lacena con atunes empaquetados en papel de aluminio, platos de pasta que se pueden cocinar en el microondas, sopas para microondas, macarronis con queso que pueden de igual manera cocinarse en el microondas. En fin, Las comidas listas para cocinar en el microondas sirven, de acuerdo con nuestros huéspedes, debido a que las tiendas de conveniencia en la redoma les permiten utilizar los microondas para calendar sus comidas. También complementamos estas comidas con barras de granola, contenedores pequeños con frutas, galletas del tipo crackers con mantequilla de maní, contenedores pequeños de mantequilla de maní, galletas, y frutas de variopintos sabores. De igual manera, trabajamos para siempre tener agua disponible y otras bebidas para acompañar las meriendas.

Ya que los utensilios de comida no siempre están accesibles para muchos de nuestros amigos, les hemos pedido a nuestra iglesia el poder recolectar los mismos de sus comidas para llevar, con el propósito de que haya utensilios, condimentos, y servilletas disponibles en cada bolsa de comida. También incluimos papel sanitario, y toallitas húmedas. Pequeñas botellas de desinfectantes también están incluidas, al igual que artículos de hotel tales como cepillos y pasta dentales. Muchos parroquianos también traen libros y rompecabezas para el entretenimiento de nuestros amigos más necesitados.

Ultimadamente, esto va mucho más allá de dar sobras o artículos de comida que quedan en nuestra lacena. Tomarnos el tiempo para hablar con nuestros amigos nos da la plataforma para aportarles a sus necesidades individuales. Cada mes en nuestra revista, la lista de artículos necesitados es publicada, y nuestros almacenes, a raíz de ellos, siempre están bien abastecidos. Proveemos de 15 a 20 bolas de comida al mes. Nuestros amigos necesitados han aprendido que, mientras haya personal en la iglesia, habrá comida para aquellos que la necesiten.

2022-03-22T15:04:18+00:00March 22nd, 2022|

St. George Food Bank

St George Food PantyArchdeacon Lois Maberry Episcopal Diocese of Western Louisiana and assigned to St. George Episcopal Church, Bossier City, LA

St. George is a small parish located in Bossier City, Louisiana, and geographically located one block from an interstate highway. Our church is also situated between two local motels that have become long-term rental motels. Because of the considerable number of transient friends and those who have limited cooking facilities living in the area, St. George began a food bank for special needs approximately 15 years ago.

Large quantities of staples and canned food are not needed by our frequent guests. They do not benefit from the conventional food banks in the area. We realized that there is a need for more individually packaged foods in easy-to-open containers. We have stocked our pantry with foil-packaged tuna, microwave pasta dishes, pop-top soups, and microwave macaroni and cheese. The microwavable foods work well since, according to one of our guests, the convenience store near us allows them to heat their meals there. We supplement these with breakfast bars, small fruit cups, cheese crackers with peanut butter, small containers of peanut butter, individual servings of cookies, and fruit snacks. We work to always have water and other drinks to include in each sack.

Because eating utensils are not available to many of our friends, we have asked our church family to collect those from their takeout meals, so a handful of forks, condiments, and napkins are included in each bag. We also include toilet paper, paper towels, and individual wet wipes. Small bottles of hand sanitizer are also included, as well as hotel-size toiletries, toothbrushes, and toothpaste. Several church family members bring paperback books and puzzle books to add in some entertainment items.

This is far more than just giving away leftover items from our own pantries. Taking time to talk with the friends we serve has helped us to supply their individual needs. Each month in our monthly newsletter, the list of needed items is listed, and our shelves are always stocked. We provide 15-20 bags of food per month. Our friends have learned that as long as at least one person is at the church, there is food for those in need.

2022-03-22T15:02:36+00:00March 22nd, 2022|

Nutriendo a Babilonia

Nourish-Babylon-Dinner-TableLa Villa de Babilonia en Long Island, New York, es notoria por ser un lugar seguro, amigable y hermoso para habitar. Babilonia es la costa del sur del condado Suffolk en Long Island, haciéndola así en un lugar bien popular durante las vacaciones de verano, pero el área del centro pone en despliegue restaurantes de lujo, un teatro histórico, al igual que bicicletas que mantienen a la gente oriunda de la zona y a los visitantes ocupados todo el año. La Iglesia Episcopal de Cristo ha surgido entre las casas de múltiples pisos y pintorescos parques desde 1930.

Lo que puede sorprender al promedio de los visitantes es que “Nutriendo a Babilonia” – una comunidad que se encarga en alimentar a las masas y que se reúne semanalmente- ha venido sirviendo a 50-60 comidas tipo restaurante y de calidad a los lugareños cada lunes por la noche desde su fundación en el año 2021. El ministerio se ha convertido en una iniciativa que suministra alimentos. Esta organización de 60 voluntarios ahora mantiene un jardín orgánico comunitario; recolecta y distribuye ropa, indumentaria para los exteriores, artículos para el aseo personal; conecta a huéspedes con baños portátiles; emplea a trabajadores sociales a medio tiempo para revisar las necesidades en general; y mantiene una estrecha relación con organizaciones cívicas, negocios, organizaciones sin fines de lucro, y socios filantrópicos.

Este ministerio, que hoy en día florece, paso por una dura resistencia en sus orígenes. Muchos miembros de las zonas más ricas de la comunidad en derredor a la Iglesia de Cristo asistieron a la reunión local de la junta de zonificación en protesta toda vez que se enteraron del plan de alimentar a los residentes hambrientos en su vecindario. Ellos citaron como sus preocupaciones el hecho de que habrá estacionamiento limitado, trancones en las vías, un auge en la criminalidad, y la propiedad de la zona será vulnerable en lo atinente a sus valores en el mercado de bienes raíces. Por otro lado, aquellos que apoyan esta iniciativa hablaron tajantemente acerca de la necesidad de reconocer y ayudar a los vecinos más vulnerables.

La iglesia nunca necesito de la aprobación del gobierno local para lanzar este ministerio, debido a que sus derechos están afianzados en la Libertad religiosa, pero la publicidad derivada de este debate público y notorio les gano apoyo para emprender la iniciativa “Nutriendo a Babilonia” desde sus comienzos. Diane Gaidon, quien ha sido la coordinadora de “Nutriendo a Babilonia” desde el principio, atribuye una porción de sus finanzas consistentes y el éxito que ha tenido la iniciativa en materia de voluntarios, a la visibilidad que ha tenido dicha iniciativa en los medios de de comunicación.

Desde su publicidad inicial, el equipo de “Nutriendo a Babilonia” ha convertido en prioridad el ser reconocido dentro de la comunidad, ya que esto se convierte en algo esencial para asegurar que el ministerio satisfaga las necesidades de los lugareños, atraiga a voluntarios, y sea financieramente sostenible a largo plazo. Desarrollar relaciones con los medios de comunicación local, Iglesias, y comunidades grupales ha sido crítico para el éxito del ministerio. Adicionalmente, hacer visibles dentro la parroquia los éxitos y los retos, en su página web, y a su vez, el publicar reportes y materiales de mercadeos son otras de las formas vitales de crear una concientización al respecto del ministerio.

Adentrados ya seis meses en la iniciativa de servir comidas semanalmente, las quejas de la comunidad virtualmente cesaron. Porque la Iglesia no tenía un estacionamiento adecuado para recibir el influjo de voluntarios e invitados cada lunes por la noche, “Nutriendo a Babilonia” estableció un sistema de estacionamiento efectivo basado en su deseo de ser vecinos modelos. El sistema reservo puestos de estacionamiento accesibles para las personas con discapacidades físicas y pidió a cualquiera que tuviera la capacidad de caminar que estacionara en las calles adyacentes. Un pacto de comportamiento fue establecido para cerciorarse que todos los invitados sean tratados con dignidad mientras prohibía a su vez el uso de drogas, estupefacientes, o alcohol durante el servicio de comidas los lunes.

Nourish-Babylon-Dinner-ServiceEn retrospectiva, Diane dice que el conocimiento que el equipo ha reunido de esa consulta y debate iniciales dentro de la comunidad fue invaluable para el ministerio. Los miembros de la comunidad tenían una plataforma para discutir desavenencias, y los voluntarios fueron capaces de conseguir soluciones sin menoscabar la integridad del ministerio. Esto fue vital para el equipo a la hora de realizar su trabajo porque podían escuchar atentamente las preocupaciones de las personas afectadas y responder de manera acorde. Este método de escuchar los retos e implementar soluciones concretas es ahora un elemento fundamental para el trabajo de “Nutriendo a Babilonia.”

La iniciativa “Nutriendo a Babilonia” se expandió en maneras únicas en respuesta a los deseos manifiestos y necesidades de los invitados. En el año 2016, mientras el Ministerio todavía estaba predominantemente abocado a servir comidas, las comidas de los lunes se transformaron en un tiempo significativo para que los voluntarios se conectasen con los invitados. Las plegarias nocturnas fueron une de las peticiones tempranas que ya se había convertido en parte de las rutinas de los lunes por la noche. El acceso a las duchas fue otro reto, y “Nutriendo a Babilonia” se asoció con una organización llamada “Manos a través de Long Island” para proveer duchas portátiles y de esa forma los invitados podrían acicalarse en preparación a la ingesta de las comidas tipo restaurante. A lo largo de los años, algunos de los miembros de la comunidad de “Nutriendo a Babilonia” han perecido, y sus funerales y velorios fueron sostenidos en la Iglesia de Cristo. Este simple homenaje a la vida- tan ajeno a muchas personas sin recursos o a familias que les importe- es un testamento al bálsamo espiritual que “Nutriendo a Babilonia” otorga.

Crear una experiencia cómoda, afectiva, y dignificante para los invitados es una parte esencial de la visión que proyecta el ministerio “Nutriendo a Babilonia.” A medida que el ministerio avanza y se adapta, queda claro que el llevar a buen término su visión requiere más de una comida por semana. “Nutriendo a Babilonia” se expandió en muchas maneras que los voluntarios no se esperaban cuando lanzaron la iniciativa alimenticia. Voluntarios estudiantiles coordinaron programas para que los invitados agarraran emparedados para llevar y así traer a casa algo para comer después de las comidas de los lunes. Contrataron a un Trabajador Social para revisar las necesidades de los invitados y referirlos a organizaciones locales para que reciban los tan requeridos servicios. La iglesia recolecta abrigos usados e indumentaria para los exteriores y las distribuye los lunes por la noche. “Nutriendo a Babilonia” se expandió de esta manera porque el equipo escucho a las necesidades de sus invitados y respondieron a ellas de una manera crítica. Aunque no todos los ministerios pueden satisfacer todas las necesidades existentes, construir una red de organizaciones y profesionales que puedan satisfacer las necesidades inminentes fue vital para la visión de “Nutriendo a Babilonia” que es la de enaltecer la dignidad de todos aquellos que son servidos.

“Casas asequibles siguen siendo un problema,” Se lamenta Diane. Cuando muchos de los invitados del lunes por la noche aclararon que no tenían hogar, “Nutriendo a Babilonia” llamo a Jean Kelly de la compañía “Mary Brennan Inn” y su Centro de Cambio de Transformación. El modelo usado por dicho centro se enmarca en identificar a los individuos que son más propensos a encontrar y pagar un hogar con recursos limitados y de esa manera, al seguir estos pasos, identificamos el camino que lleva de ser un sin hogar a conseguir uno propio. “Nutriendo a Babilonia” los acompaña en cada paso del proceso: Identificar oportunidades de empleo, redactor currículos vitae, obtener identificación gubernamental, pagar por transporte, y mucho más.

Este programa de acompañamiento es el último proyecto que “Nutriendo a Babilonia” ha emprendido. Antes de su iniciación, el equipo consulto con organizaciones externas para aprender de las mejores prácticas y protocolos, recaudación de fondos, presupuestos para el número de individuos que los acompañaría, y sumergir al trabajador social de medio tiempo para dentro del proceso de completar por medio de consultas a los posibles candidatos. Particularmente con tanto tiempo empleado en dichos emprendimientos, es extremadamente necesario asegurarse de que el ministerio tenga las conexiones y recursos necesarios para llevar a cabo el programa antes de su lanzamiento.

Así como el ministerio cambia en respuesta a las necesidades de la comunidad, inevitablemente, de igual forma lo hacen los voluntarios. Diane ha venido coordinando las actividades de “Nutriendo a Babilonia” por siete años, y ella reflexiona que el trabajo per se ha tenido retos muy duros.

“Es difícil para mí identificar éxitos obvios porque las personas a quienes servimos pasan por muchas vicisitudes. Tantas de ellas parecen estar pasando por problemas tan difíciles. Nosotros hacemos lo que podemos para ayudarlas, y eso nos ha llevado a contratar a un trabajador social y a comenzar este programa de acompañamiento, pero siempre hay más por hacer.”

Dos lecciones que Diane aprendió de su liderazgo de “Nutriendo a Babilonia” es el confiar en las personas que ella sirve y confiar en Dios de manera abundante. Muchos de sus invitados que vienen a las cenas los lunes se han acostumbrado a no ser tratados con dignidad desafortunadamente. Particularmente, aquellos que sufren con adicciones son negados muchos servicios sociales, y Diane tenía que decidir como “Nutriendo a Babilonia” respondería a este grupo. ¿Ella reflexiona, “Acaso es razonable pedirles a las personas adictas al alcohol que se presenten a las comidas de los lunes avocadas a aquellos que gozan de sobriedad? No, quizás no sea una buena idea. Pero podemos pedirles que mejoren sus comportamientos para que entren en comunidad con nosotros. Tenemos una política de no uso de drogas y alcohol bien estricta durante la cena, pero tampoco le vamos a negar la comida a adictos. Esto último es la parte en la que se enaltece la dignidad de estas personas.

Diane también ha aprendido a confiar en la abundancia de Dios que le permite seguir adelante a través de los retos que se presentan. “Yo solía estresarme sobre inconvenientes ínfimos- tales como que algunos voluntarios no se presentaban a trabajar los lunes por la noche. Pero de alguna manera, Dios siempre proveyó- la perseverancia lo fue todo. Cuando me llaman por vía telefónica acerca de un problema, muchas veces, la próxima llamada es la solución. Me ha hecho reír y sentirme agradecida. Me recuerda que Dios es quien está detrás de nuestro trabajo.

FNK es un ministerio basado en el Evangelio que se enfoca en la propagación de la justicia social y es liderado por un grupo de indígenas para el servicio de los indígenas. El propósito principal es el de hacer comida orgánica fresca y de calidad accesible a todos y llevarlo a consecución en un ambiente donde el empoderamiento cultural y la hospitalidad radical estén centrados. Sirviendo venado, bisonte, pavo, pescados extraídos del rio y del lago, y arroz salvaje, es un compromiso que rememora las comidas ancestrales de los grupos indígenas de la región: Dakota y Anishinabe. Esta decisión también es una respuesta a las crisis de salud en las comunidades Nativo Americanas. El trabajar para crear un espacio seguro y alegre donde todos sean bienvenidos es lo que llevo al FNK a servir a los vecinos en mesas tipo restaurante para darle ese calor hogareño que se merecen. Voluntarios se turnan a la hora de sentarse con los invitados para llegarlos a conocer mas fondo.

¿Como es que una iglesia puede emprender un enorme servicio dentro de la comunidad y mantenerlo? Las asociaciones fueron formadas con las iglesias, escuelas, grupos seculares, y una gran gama de individuos. Estas asociaciones proveyeron voluntarios los cuales se comprometieron a servir los domingos. Ya para el año 2019, FNK tenía 27 socios activos.

Entonces llego la crisis del coronavirus. Hasta este punto, FNK no había faltado a su compromiso de servir comidas todos los domingos desde su incepción. Cuando la Pandemia llevo a la afectación de FNK, dicho suceso llevo al cese de sus servicios por dos meses. A raíz de ello, los preparativos comenzaron en lo atinente a como cambiar de manera expedita la repartición de comidas, lo cual desembocó en la reducción considerable de nuestros voluntarios, la institución de reglas claras y concisas, la simplificación de nuestros servicios, y el traslado del compartir de las comidas a la parte de afuera. FNK pudo empezar de nuevo la distribución de vegetales orgánicos, y luego añadió las comidas para llevar. Hoy en día todos los alimentos están siendo servidos afuera de nuestros edificios sin distingo de las condiciones climáticas. Durante el pico de la pandemia del COVID-19, muchos socios tuvieron que retroceder un poco en sus actividades y suspender su compromisos. Para el año 2021, FNK tenía a cinco (5) socios activos. Para el momento de la redacción de este escrito, ya habían incrementado a ocho (8) socios con la certeza de que vendrán nuevos voluntarios.

Estamos agradecidos por nuestras relaciones y nuestra comunidad y sus confines.

2022-04-15T14:53:23+00:00March 22nd, 2022|
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