Escrito por Marie Wunderlich
Cualquier día en América, atestiguas el hecho de como los veteranos de guerra son agradecidos por sus servicios. En las noticias nocturnas, caravanas y eventos en ciudades pequeñas, ves cabinas alusivas a los veteranos establecidas en varias asociaciones, corporaciones, y sociedades patrióticas. Pero quizás lo que nunca has considerado es lo siguiente: ¿Como le agradeces a un veterano de guerra encarcelado?
El Grupo de Echebucsassa, conocido por las siglas DAR, como una conmemoración a los veteranos de guerra de Vietnam, fue contactado en enero de 2023 y se le pidió que organizara un evento conmemorativo para Veteranos de guerra de Vietnam de Zephyrhills, grupo #195 para veteranos encarcelados. El tomar en cuenta este pedimento y los individuos que participarían fue importante. La percepción de que estos veteranos de guerra encarcelados recibirían a este grupo proveniente de las afueras para conmemorar la guerra de Vietnam y su participación en ella pudo haber sido un asunto delicado. Algunos veteranos de guerra todavía se sienten molestos sobre cómo fueron tratados cuando regresaron a casa de la guerra, y sobre cosas que vieron que nunca podrán borrar de su memoria. Los voluntarios para este comité necesitaron ser habilidosos en su inclusión y diversidad, al igual de ser sensibles y genuinos de corazón. Estos hombres serían capaces de determinar el nivel de sinceridad y compromiso para proveerles una “bienvenida a casa” genuina momentos después de arribo.
Hubo muchos requerimientos únicos y regulaciones que necesitaban de ser completadas por cada miembro de nuestro comité antes de que se les permitiera sostener cualquier evento en el departamento de correccionales. Considerando cada uno de estos problemas, y el nivel de compromiso requerido, Karen Patterson, que actualmente funge como presidenta nacional de ECW (Grupos de Mujeres de la Iglesia Episcopal), fue impelida para servir como capellán para liderar las oraciones. El Capitulo estuvo consciente de que Karen se había entrenado en diversidad, y otros cursos ofrecidos por la Iglesia Episcopal, y supimos que ella ofrecería su sinceridad y calidez natural que requeriría este evento. El segundo miembro fue Margaret Ann Swinford. Su esposo combatió en Vietnam y por ello ella tenía una perspectiva única. Terri hensley fuel el tercer miembro, quien nació en una base naval, criado en un hogar militar, por un padre que sirvió por 25 años y cuyos hermanos también sirvieron en Vietnam en diferentes momentos. Todos sintieron que, indistintamente del por qué estos veteranos de guerra hayan sido encarcelados, ellos eran todavía, de hecho, veteranos de guerra que le habían servido a su país en un momento en el que su país más los necesitaba.
A los participantes se les pidió el ser revisado por el Departamento de Correccionales de la Florida, formularios tuvieron que ser rellenados los cuales documentaban la información del individuo, las reglas para las visitas y los requerimientos necesitados de ser revisados por cada miembro para cerciorarse que se sometan a la ley con el Departamento de Correccionales. Hubo reuniones en las que se planeó, mensajes de textos enviados y llamadas hechas en lo concerniente a la presentación. Preguntas requerían tener respuestas y ser comunicadas en lo atinente a los atuendos que podían usarse, lo que podía entrar y salir del recinto, la cantidad de dinero que se puede traer, procedimientos de búsquedas, requisas…Incluso el uso del baño tiene reglas que deben seguirse. Reuniones fueron sostenidas con el representante del Grupo del VVA acerca de la agenda especifica y quien participaría. Fue durante estas reuniones que aprendimos que los botones conmemorativos de los Veteranos de Guerra de Vietnam no serían permitidos. Basado en esta información, nosotros rápidamente ideamos una solución que fue la de diseñar un afiche que contenía en el frente y el reverso del botón, todos los nombres de los 26 veteranos de guerra. El afiche se colgaría de manera permanente en el recinto de reuniones de los correccionales donde se reunían los veteranos.
El día del evento finalmente llego, y nuestras emociones estaban a flor de piel. Habíamos planeado o practicado, y ahora estábamos listos para ejecutar. El programa fue extremadamente exitoso, bien recibido y apreciado. Cada veterano en asistencia y otros visitantes estaban entusiasmados y agradecidos por el programa y contenido suministrados. Se dieron refrigerios después del programa y pudimos así hablar de forma privada con cada uno de los asistentes.
Concluida la conmemoración de los Veteranos de Vietnam, cada uno de nosotros expreso sus propios sentimientos de gratitud por el ser permitidos de presentar la bandera de los veteranos de Vietnam y el afiche para ellos. Nuestros corazones estaban sobrecargados de emoción tras escuchar los comentarios positivos de estos hombres. Un veterano recalco: “Esta es la primera vez en 47 años que me he sentido bienvenido en casa, respetado y agradecido por mi servicio al país.” Muchos veteranos tenían lágrimas en sus ojos y sus emociones fueron de gratitud, y yo creo que el honor de cada uno de ellos fue reestablecido.
No sabemos lo que depara el futuro para estos hombres, pero aspiramos a que el respeto, honor y la apreciación comunicada a ellos durante nuestro evento haya sanado sus almas, aunque sea un poco.