Escrito por Janice N. Meyer, BA, MDiv
En el año 2015, la nación y el mundo compartieron un dolor inimaginable por el asesinato y las muertes violentas de nueve niños adultos de Dios estudiando la biblia en el sótano de su iglesia de la Madre Emmanuel en Charleston, Carolina del Sur. Entre las nueve vidas preciosas que se perdieron estuvo la del Reverendo Clementa Pinckney, pastor y estadista.
Cada año desde el año 2015, una feria de la Salud es llevada a cabo en el mismo sótano donde ocurrieron los asesinatos, reemplazando la tragedia con esperanza. La feria de salud “Clementa Pinckney” fue iniciada por Eleonora Taylor y otras personas de la Iglesia Madre Emmanuel para honrar el amor del Reverendo Pinckney por medio de sus ministerios y voluntariado.
Ellos han invitado a la comunidad de la salud a tomar parte de este ministerio anualmente. Muchos proveedores de salud participan.
Ha sido un privilegio para mí el participar cada año de diferentes maneras en la feria de salud “Clementa Pickney” para apoyar a los ministerios que honran su vida y ministerios, y también para continuar la construcción del reino de Dios aquí en la tierra.
Muchos adultos y niños en la feria de salud deciden visitar la mesa de San George para recibir la unción del aceite, tener sus manos bendecidas, y aprender más acerca de esta parte vital de como nuestra fe y salud espiritual están integradas en el Sistema de salud en su totalidad.
El material devocional, una fruta saludable, paquetes de semilla para sembrar, y otros souvenirs son compartidos. Y no podemos olvidarnos de las historias y el amor compartido.
Fuera de la iglesia, yo ofrezco oportunidades didácticas y experimentales para la expresión de nuestros sentimientos, pensamientos, alegrías, tristezas, y el amor tal como el arte de tizas en las aceras y actividades divertidas dirigidas para todas las edades.
La feria de salud “Clementa Pinckney” ofrece un día de no solo información sobre la salud que da vida, sino de una evangelización ecuménica que busca sanar.
En agosto de 2021, un miembro de la Iglesia Madre Emmanuel compartió conmigo lo siguiente: “Nuestro dolor aun es palpable aun cuando hayan pasado seis años desde la tragedia porque ocurrió de una manera inesperada.”