La Iglesia Episcopal de La Gracia en Muncie, Indiana, ha sido ubicada en el sureste del Centro de la ciudad de Muncie por los últimos 140 anos. A través de los años, el área alrededor de la Iglesia ha cambiado, y la Iglesia de La Gracia también, tras participar en varios proyectos vecinales y al generar muchas iniciativas de voluntariado, incluyendo su programa de alimentación, la “Gracia que Alberga”, la cual comenzó en el año 2008. Antes de la Pandemia, sirvieron más de 100 comidas caceras todos los domingos. Cuando la Pandemia empeoro, no fueron capaces de continuar administrando dichas comidas en persona, pero ello no se interpuso en la repartición de estas. Los voluntarios entregaban una ración de comida cacera cada domingo en un saco el cual incluía un emparedado para ingerir en horas posteriores como merienda, al igual que una botella de agua para su hidratación debida. El promedio era de alrededor de 70 comidas por semana y para ello se necesitaba un personal de seis a diez voluntarios ayudando todos los domingos. El Reverendo y Doctor Paul Jacobson, el rector de la iglesia, cree que la reapertura de la parroquia para la comunidad es el trabajo más importante que la parroquia efectúa.
Para evitar que esta tan encomiable iniciativa fuera cancelada por el Departamento de Salud (el cual consideraba a estas comidas como parte del abastecimiento de la iglesia, aunque cada una de ellas era servida al público en general), cambios fueron requeridos a la estructura de nuestras instalaciones. Hubo discusiones que se originaron ya años atrás acerca de la posibilidad de construir una cocina comercial. Dos parroquianos, Kristy Koriath y Sandra Kelly, lideraron la investigación de posibles subvenciones para este proyecto antes mencionado. El proceso se llevó a cabo durante varios años. Pero cuando las subvenciones se hicieron disponibles, las cosas empezaron a moverse rápidamente, y la decisión fue tomada para el inicio oficial del proyecto en cuestión.
Al comienzo de octubre del año 2019, la parroquia recaudo más de $170,000 a lo largo de 15 meses. Ellen Brinkman lidero la campana para recaudar el capital que, al fin y al cabo, junto a las subvenciones de la diócesis y aquellas aportada por la Fundación Ross, fue como se pudo llevar el proyecto a consecución. En agosto de 2020, la construcción comenzó, y fue concluida en noviembre de 2020.
En marzo de 2021, el equipo de la cocina de “La Gracia que alberga”, liderado por los parroquianos Connie y Joe Turner, empezaron a cocinar comidas en la nueva cocina comercial. Seis parroquianos más y amigos se certificaron en las lides de manejar las comidas, y muy a menudo al menos cuatro de ellos son vistos cada domingo fungiendo como voluntarios. Los costos de las comidas son pagados por las donaciones a la iglesia, y también por las donaciones que algunos restaurantes llevan a cabo para con el proyecto. “Tenemos la visión de que la cocina comercial pueda ser utilizada para muchas cosas más que solo el programa dominical “La Gracias que alberga,”, dijo Mary Mordue, miembro del equipo de cocina quien también ayudo a aplicar a las subvenciones y otras formas de recaudación. Posibilidades futuras de cómo puede ser utilizada la cocina comercial van desde servicios alimenticios, clases de comida, a espacios para alojar a emprendedores que deseen trabajar en el campo de servicios de comida. Pero de momento, la meta principal del programa es la de lidiar con la inseguridad alimentaria.
Barbara Wills y su esposo Phil estuvieron entre los primeros voluntarios. Barbara charlo sobre los aspectos de la hermandad y la bienvenida, las cuales se sienten de manera palpable entre los voluntarios y las personas que se benefician del programa. Ella dijo, “Yo pienso que las personas se sintieron muy seguras y abrumadas de manera positiva, sin distingo quienes sean y lo que hayan hecho. “Si no estás dispuesto a hacer eso, no va a funcionar” (Barbara también fue nombrada o galardonada como “Mujer ejemplar” 2022 de la Diócesis de Indianápolis.)
La Iglesia Episcopal de La Gracia ha escogido permanecer en el centro de la ciudad de Muncie en vez reubicarse a los suburbios, para abrir una cocina comercial y la estructura que ella encierra para alimentar a los hambrientos, a realizar un cambio concientizado para darle la bienvenida a los necesitados, y a estar abiertos a lo que la voluntad de Dios quiera de nosotros y por último florecer donde nos hemos plantado.
Enviado por Mary Mordue Lisa Matucheski Diócesis de Indianapolis