Nuestra iglesia está pasando por cambios. El primero de ellos es que nos estamos adaptando a estar en el medio de una pandemia, y el siguiente de los cambios, es que pasamos por un proceso de transición para darle la bienvenida a la nueva sacerdotisa. Nuestra nueva sacerdotisa apoya el ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal y conmina al comité del Obispo junto al Grupo de Mujeres de la Iglesia Episcopal a continuar en la búsqueda mas allá de la misma iglesia para servir a la comunidad y sus necesidades. El Ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal consiste en un grupo pequeño de mujeres dedicadas a esa tarea de manera exacta.
Tras indagar nuestro Ministerio de Justicia a fondo, hemos aprendido que en nuestro condado el hambre es la necesidad más grande. Incluso antes de la Pandemia, uno de cada cuatro niños y uno de cada siete adultos se van a la cama hambrientos en el condado de Pinellas. Desde el inicio de la Pandemia, la inseguridad alimenticia ha afectado a familias que nunca habían experimentado ello anteriormente. El hambre y la inseguridad alimenticia se mantienen como una prioridad dentro de nuestra comunidad.
Decidimos de esa forma que lo arriba mencionado era un problema que teníamos que corregir.
¿Pero cómo un pequeño grupo de mujeres y una iglesia del tamaño de una familia pequeña podría alcanzar y tener éxito de manera continua a aquellos que dentro de la comunidad sufren de inseguridad alimenticia a gran escala?
Coincidentemente, el hijo de la secretaria del obispo y la presidenta del ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal tomo un trabajo recientemente con una organización sin fines de lucro llamada “Alimentando a la bahía de Tampa”. Ella nos dijo que la organización antes mencionada provee y distribuye bolsas de comida libres de cargo a aquellos en necesidad. ¡Tenemos un contacto!
Presentamos nuestra propuesta para asociarnos con la organización “Alimentando la bahía de Tampa” a nuestra sacerdotisa, y ella se mostró emocionada y dispuesta a participar y apoyar nuestra iniciativa.
La presidenta del Ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal contactó a su hijo, e inmediatamente establecieron una estación de distribución en nuestra iglesia. La iniciativa “Alimentando a la Bahía de Tampa” provee la comida, y nosotros, junto a los voluntarios, empaquetamos y distribuimos la comida, además de controlar el tráfico. ¡Imaginate – todo esto fue gratis para nuestra iglesia y comunidad! Lo único que tuvimos que hacer fue proveer el espacio y voluntarios.
La propiedad de nuestra iglesia tiene entradas para coches accesibles en cada lado, permitiendo así el fácil acceso para entrar y salir de los mismos, al igual que puestos de estacionamientos asequibles. La iniciativa “Alimentando a Tampa” llega cada jueves con el vagón de su tractor lleno de frutas frescas y vegetales, pan, leche, un tipo de proteína, etc., para distribuirlo a nuestra comunidad. Recolectamos con sus voluntarios y empaquetamos toda la comida en bolsas. Nuestros clientes manejan con sus vehículos, y les colocamos las bolsas de comida, dependiendo de lo numeroso que fueren las familias, en el maletero de sus carros. Al asociarnos con la iniciativa “Alimentando a a la Bahía de Tampa” cada mes, nuestra iglesia, junto con el Ministerio de Mujeres de la iglesia episcopal, distribuyen entre 6,000 a 9,000 libras de comida fresca a los necesitados. Nos estamos volviendo conocidos en la comunidad como una iglesia que ayuda a aquellos en necesidad.
Nuestro Ministerio de las Mujeres de la Iglesia Episcopal apoya el programa significativamente. Mantenemos nuestro ministerio de mujeres de la iglesia episcopal relevante al apoyar todos los programas que nuestra sacerdotisa y otros miembros del “Buen Samaritano” puedan crear. Al trabajar juntos para alimentar y servir a nuestra comunidad, buscamos mantener nuestra reputación en la palestra y ser “Buenos Samaritanos” como nuestro nombre lo indica. Adelante al Ministerio de Mujeres de la Iglesia Episcopal.
La iglesia del Buen Samaritano, Clearwater, Florida