Escrito por Nancy Young, presidenta nacional de la comunidad Episcopal
¿Como Podemos estar ahí cuando no podemos estar ahí? Esta es una pregunta que los grupos religiosos a lo largo de la iglesia están teniendo que responder durante la pandemia de COVID-19. En tiempos cuando debemos practicar la distancia social y el aislamiento, nos enfrentamos con dos retos primarios:
- ¿Como nos apoyamos mutuamente en estos tiempos de separación, confusión, y dolor?
- ¿Como llevamos adelante la misión y negocios de nuestro grupo?
Esta no es una nueva pregunta para la comunidad Episcopal. El grupo fue formado en el 2010 durante un tiempo de cambio y confusión dentro de la iglesia nacional-la ordenación de mujeres, la consagración de un obispo gay, disputas sobre las propiedades de la iglesia, y la formación de congregaciones separadas. En el 2010, mientras la nieve caía suavemente afuera de las ventanas de la capilla San María dentro de la catedral de San Felipe localizada en Atlanta, Georgia, un grupo de mujeres se comprometió a formar una nueva organización de mujeres dentro de la Iglesia Episcopal – Una comunidad ordenada sacramentalmente por medio de la regla de San Benedicto y anclada en el pacto bautismal, una comunidad que apoyaría a sus miembros en la profundización de sus vidas espirituales a la vez que apoyan con sus oraciones a los clericós episcopales, parroquias, diocesis, e iglesia nacional.
Las 4 mujeres reunidas ese día eran provenientes de todas partes del país. Aunque unidas a través de un deseo común para vivir una vida “marcada por Cristo para siempre.” ¿Como podría integrarse un grupo tan separado a nivel geográfico de la comunidad?
El primer paso fue seleccionar un estudio fundacional común y crear conexiones al asignar a cada posible miembro un mentor personal para el respectivo estudio. Mentores fueron seleccionados de mujeres que fueron reconocidas por tener dones en el área educativa y formativa en el ámbito espiritual. El libro “las herramientas de San Benedicto” escrito por Jane Tomaine fue seleccionado para ser disertado. Mentores interactuaron individualmente en grupos pequeños con posibles miembros por medio de llamadas telefónicas, correos electrónicos, correos de tipo snail, diarios compartidos, discusiones con líderes, y el uso de comunicaciones electrónicas han sido el soporte constitutivo para la comunidad episcopal para estar allí presente cuando no se puede estar presente del todo.
Las lecciones aprendidas tempranamente en la vida de la comunidad nos han servido a lo largo de los años, pero tomaron especial relevancia durante este tiempo de distanciamiento social y restricciones de viaje. Dicho esto, ¿Como nos cercioramos de que la salud y seguridad de nuestros miembros esté garantizada mientras simultáneamente satisfacemos las necesidades de la comunicad y la adoración comunitaria?
Mientras los miembros lidian con la soledad, ira, miedo, dolor, inseguridad económica y falta de normalidad, como mantenemos las conexiones, ¿Se podrá continuar el ministerio y a la vez satisfacer las necesidades de nuestros miembros?
Revistas electrónicas, llamadas y reuniones por medio de Zoom han sido importantes maneras de estar conectados. Un miembro compartió, “El hecho de que estén allí es un alivio.” Hemos ofrecidos discusiones en línea por vía de la plataforma zoom para que los miembros puedan verse y escucharse los unos a los otros mientras comparten ideas y conocimientos. Un estudio reciente se tituló “El Don de Maravillar: Practicas creativas para deleitar a Dios” escrito por Aroney-Sine.
El libro de Aroney-Sine nos enseña como a través de la creatividad nos podemos deleitar en Dios de la misma manera que Él se deleita en nosotros. Aunque el libro no fue escrito con esta Pandemia en mente, ella sugiere actividades que pueden ser hechas en la naturaleza, lo cual nos lleva a ser cocreadores en el reino de Dios. Compartir todas estas actividades solitarias vía zoom y Facebook nos une comunitariamente. Otro miembro dijo, “Esto me da una conexión personal con aquellos que deciden compartir las fotos de su vida diaria.” Hemos utilizados devocionales en Facebook para crear conexiones, más recientemente “La regla de Benedicto: Una espiritualidad para el siglo 21”, escrito por Joan Chittister.
Miembros son acompañados por la oración en diferentes maneras: La oración comunitaria, Un ciclo de oración mensual, y una lista de oraciones de cada uno de los miembros que circulan electrónicamente a través de la comunicación contante y nuestro grupo de Facebook privado.
La comunidad episcopal del ciclo de oración enseña a estar familiarizado con “El Libro Común de oración” y nos une en oración comunitaria. Por ejemplo, el 10 de cada mes oramos por nuestras parroquias, sus clérigos, empleados, laicos, y miembros usando las oraciones en la página 817 del libro antes mencionado. El día 27 oramos por nuestras familias usando las oraciones del libro común de oración en las paginas 828 y 831. Miembros son recordados del objetivo de las oraciones diarias a través de nuestro grupo de seguidores en Facebook en la comunidad de la iglesia episcopal. Uno de nuestros seguidores en Facebook comento, “Es un lugar positivo en donde comenzar el día. Cada vez que me detengo experimento una paz interior que dura todo el día.” Continuamente recibimos mensajes reconfortantes: “El ciclo de oración diaria me mantiene enfocada en los demás y no en mí misma.”
Este año nos enfrentamos a una semana santa diferente. Las iglesias estuvieron cerradas a los miembros. La oración comunal de la semana y los servicios de la semana santa fueron interrumpidos. ¿Como podríamos cumplir con nuestro deseo para la adoración comunal?
La comunidad episcopal ofreció las horas canónicas cada domingo por la noche por medio de la plataforma Zoom liderado por miembros voluntarios y nuestro capellán nacional. Mirándonos a las caras y escuchando nuestras voces mientras orábamos nos afirmaba a cada uno de nosotros de que estábamos juntos en esto, y Dios también estaba con nosotros.
Una miembro de la zona rural del estado de Nevada compartió lo siguiente en la hora del café, “Gracias por haberme invitado. Me he sentido tan solitaria.” Una miembro en Michigan agrego, “Las horas canónicas del domingo por la noche nos da un tiempo para reencontrarnos por la noche.”
La incapacidad de reunirnos en persona también afecta la conducta al negocio per se. Debido a que nuestras miembros y nuestros lideres viven a lo largo de los Estados Unidos, nuestras reuniones de liderazgo se llevan a cabo por medio de la plataforma Zoom. Nuestras reuniones anuales de liderazgo, sin embargo, son usualmente en persona. En los años de la convención general de la iglesia nacional, las susodichas son sostenidas en la convención donde la capilla sirve como sede para las mismas. Este junio nos reunimos en Atlanta para celebrar nuestro décimo aniversario y para agasajar a los miembros de los Estados Unidos. Preocupados por el bienestar y la seguridad de nuestros miembros y ateridos a las recomendaciones del Centro de Tratamiento para la Enfermedades (Siglas en inglés: CDC), y la iglesia nacional episcopal, hemos cancelados nuestra reunión en Atlanta. Por tanto, nos reuniremos vía Zoom.
Los retos de esta pandemia aun no han culminado. Debemos encararlos con adaptabilidad e innovación. Juntos saldremos airados de esto.
Nancy Young
9365 Buckhorn Road
Loveland, CO 80538
(850) 814-6637
youngnf50@gmail.com