Episcopal Church Women

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Conversación con la Señora Helen Patmon

Helen PatmonEscrito por el Reverendo Ema Rosero-Nordalm

Líder del Grupo de Justicia Social, NECW

Fue un honor y una alegría el haber charlado con Helen Patmon y el compartir lo que ella considera una vocación sagrada. Helen es la líder secular en la frontera norte del estado de Massachusetts, quien ha trabajado en problemas de racismo y justiciar racial con congregaciones Episcopales por muchos años.

Helen ha invitado a individuos y comunidades a formar grupos amorosos transformados por el amor de Dios, y con un deseo profundo de servir a aquellos que son diferentes. Este sueño fue hecho realidad para Helen. Ella dice sonriente, “Esto es lo que el amor hacer, no puedo recordar el no haber hecho este trabajo; siempre tuve la certeza de que esto era para lo que Dios me envió al mundo”. Mientras escuchaba, me sentí de que estaba en la presencia de una mujer con fuertes convicciones. Nuestro tiempo juntos fue un regalo de Dios.

Helen creció en una Oklahoma segregada en la que ella creció en una familia centrada en la raza negra. Ella recuerda el haber merodeado lugares en los que ella no podía ingresar por ser considerados para la raza negra. Cuando Helen compartía su temor con su madre, esta última le decía, “Así es la vida, y hay que lidiar con ello” Aun antes de los cinco (5) anos, ella creció “lidiando” con personas de la raza blanca; ella asistió a una escuela blanca, así que aprendió el cómo navegar en un ambiente interracial desde una edad temprana.

A lo largo de sus años escolares, Helen también encontró que el amor de Dios la había apoyado al igual que las relaciones que ella desarrollo con homólogos de la raza blanca y sus maestros. Con una voz apasionada, ella dijo que este acercamiento para con Dios, homólogos, y aliados son el motivo por el cual ella ha trabajado con comunidades y el “Por qué continúa haciéndolo.”

Helen fue criada en una iglesia Bautista de la Raza negra, y ella recuerda el haber sentido la presencia de Dios en la adoración, pero especialmente cuando ella cantaba en el coro; ella entendía a Dios por medio de la música. Desde entonces, ella dice, “La Gracia de Dios es todo para mí.”

Helen cree que el trabajo con congregaciones Episcopales racialmente distintas debe incluir música para permitirle al grupo el conectar sus emociones y cuerpos. Ella ha logrado entender que el proceso es lento porque la tendencia de muchos en la comunidad blanca es la de intelectualizar las emociones.

“Haciendo el trabajo del cuerpo, mente, y espíritu se abre la posibilidad para la sanación.” Para Helen, el canto es una manera de trascender las emociones, lo intelectual y tocar en lo espiritual; ella también cree que la música cambia la dirección de la condición física. “Nosotros Podemos acceder al espíritu de Dios a través de la música. Y bailar también irradiara adentro de ti y en derredor.”

En su trabajo, ella trae a participantes de una congregación blanca, y los inmersa en un mundo que no es blanco, sino en un grupo que es mayormente negro y diverso y que está dispuesto a compartir sus historias y experiencias para que sus voces puedan ser escuchadas con la dignidad que merecen.

Libros son leídos y discutidos en las reuniones. ¿El grupo es invitado a responder a preguntas tales como, “Acaso algo que hayas leído ha cambiado tu vida o el cómo vives tu vida con tu familia? Las respuestas a tales preguntas pueden ser difíciles cuando los participantes blancos se dan cuenta de que el privilegio blanco, y el sentido de opresión histórico son una realidad en sus familias y en la historia.

La presencia de tensión restringe el espíritu de sanación. Ella comparte con el grupo que lo que es más importante es el de darle una voz a lo que están aprendiendo y sintiendo, para saber que están en un lugar seguro donde el respeto mutuo entre los miembros del grupo se ha acordado de antemano. Esto es especialmente relevante para las mujeres de raza negra. Helen encuentra que las aliadas de mujeres blancas pueden ser conciliatorias cuando se presentan tensiones en las conversaciones.

El Grupo ha aprendido bastante en el trabajo que se ha hecho hasta ahora. Fuertes relaciones se han desarrollado. Ellos hablan acerca de qué papel juegan en el mundo, y como dependen en el poder transformador del amor cuando las situaciones difíciles se presentan. “El amor es espiritual, viene del ser interior y el amor de trabajar mancomunadamente.”

Los participantes han trabajado en grupos afines, pero mayormente, el grupo prefiere trabajar juntos y hacerlo de una manera interracial. Helen dice que el ser parte de un grupo numeroso ayuda a prevenir que los participantes blancos digan “disparates”, sin darse cuenta de que es ofensivo. Los participantes de raza negra han aprendido como defenderse de una forma compasiva. Helen dice “En estos tiempos difíciles, la honestidad es transformadora. La seguridad es también importante porque el sentirse indefenso no conduce a la transformación.”

Como persona encargada, Helen lidera a los participantes a través del proceso que revelan experiencias difíciles y dolorosas. Esto se consigue por medio de aliados, y toma tiempo. “la premura le hace daño al proceso.”

Cuando la congregación blanca entra en el proceso, su meta es la de aprender y crecer en tal forma que les permita servir a las comunidades vecinas y abordarlas con dignidad y respeto. Helen camina con ellos y, al lado de sus miembros pertenecientes a la congregación local, ha desarrollado una comunidad que quiere convertirse en una comunidad amorosa.

Después de cuatro años, Helen con un corazón lleno de emoción expreso que “todos han experimentado un cambio y el crecimiento, lo cual es sanador. Ella está lista para trabajar”. ¿Qué trabajo? el apoyar a la organización comunitaria al asociarse con organizaciones que sirven a aquellos en necesidad. En lo atinente a este trabajo conjunto, Helen continúa sirviendo como una guía ofreciendo el apoyo necesario. Ella siente que el ser parte de este viaje espiritual y sanador con los participantes es crucial para mantener esta comunidad de líderes.

Aparte de este bregar de amor, Helen es un miembro de la Comisión de Justicia Racial en la Diocesis de Massachusetts. Su subcomité trabaja con el personal diocesano y las congregaciones Episcopales para crear estructuras en sus prácticas de contratación, procesos de comité de búsqueda, y prácticas de negocio en general.

La justicia racial tiene cinco subcomités centrados en Dios con oración constante para ayudar a aliviar el dolor y buscar la sanación. Helen cree que el trabajo de la comisión avanzara la consecución de un sueño para las diócesis Episcopales, congregaciones, y comunidades que buscan transformarse en amor puro.

2021-11-02T18:20:53+00:00November 2nd, 2021|

Conversation with Ms. Helen Patmon

Helen Patmonby The Reverend Ema Rosero-Nordalm

Social Justice Chairperson, NECW

It was an honor and a joyful occasion to hear Helen Patmon share what she considers a sacred calling. Helen is a lay leader in a parish on the North Shore of Massachusetts who has worked with issues of race, racism, and racial justice with Episcopal congregations for many years.

Helen has invited individuals and communities to journey together as beloved communities transformed by God’s love, and with a deep desire to serve those who are different than themselves. This is a dream come true for Helen. She says with a smile, “It is all I love to do, I cannot remember not doing this work, and I am sure that it is what God wants me to do”. While I listened, I felt that I was in the presence of a strong, blessed and wise woman. Our time together was a loving embrace by God’s spirit.

Helen grew up in segregated Oklahoma in what she identified as a “Black-centric” family. She remembers skirting around the places she was not allowed to be as a Black person. When Helen shared her fear with her mother, she would be told, “that’s life, and we have to cope.” Even before she was five years old, she grew up “dealing” with white people; she attended a white school, so she learned how to navigate an interracial environment from an early age.

Throughout her school years Helen also found that God’s love supported her as did the relationships she developed with white peers and teachers. With a passionate voice she said that this approach to God, peers, and allies is why she has worked with communities “and why I continue doing so”.

Helen was raised in a Black Baptist church, and she recalls feeling God’s presence in worship but especially when she sang in the choir; she understood God through song. Since then, she says, “God is all one thing to me…a saving grace to me.”

Helen believes that work with racially different Episcopal congregations must include music to allow the group to connect their emotions and their physical bodies. She has come to realize that the process is slow because the tendency of many from white cultures is to intellectualize their emotions.

“Doing the work of body, mind and spirit opens the possibility to healing.” For Helen, singing is a way to go from the intellectual to the emotional and to touch the spiritual; she also believes that music changes one’s physical condition. “We can access God’s Spirit through the music. And dance will also radiate inside of you and around you.”

In her work, she brings participants from the white congregation, and they are immersed in a world that is not white, into a group that is from a mostly Black and diverse congregation willing to share their stories and experiences so their voices can be heard with the dignity that is deserved.

Books are read and discussed at the gatherings. The group is invited to respond to questions such as, “Did anything you read change how you live your life every day or with your family?” Answers to such questions can be challenging when white participants come to realize that white privilege, a sense of supremacy and historical oppression is a reality in their family and history.

The presence of tension restricts the spirit of healing. She shares with the group that what is most important is to give voice to what they are learning and feeling, to know that they are in a safe space where mutual respect among the group members has been agreed upon. This is especially important for Black women. Helen finds that white allies in the group can be helpful when tensions arise in conversation.

The group has learned a lot about each other in the work they have done so far. Strong relationships have been forged. They talk about who they are in the world, and how they can rely on transformative love when the going gets tough. “It is love that is spiritual, it comes from the whole self and that love develops by working together.”

The participants have worked in affinity groups but for the most part, the group prefers to work together and work as one interracial group. Helen says that being in a large group helps prevent some of the white participants from saying ‘crazy stuff’, not realizing that it is offensive. The Black participants have learned how to hold people accountable with compassion. Helen says, “we have come together in tough times. Honesty is transformative. Safety is also important because feeling unsafe in not conducive to transformation.”

As a leader, Helen shepherds participants through a process that reveals difficult and painful experiences. This is accomplished with allies, and it takes time. “Rushing through this does harm to the process.”

When the white congregation engaged in this process, their goal was to learn and grow in such a way that would allow them to serve their neighboring communities of color and approach them with dignity and respect. Helen walked with them and, along with members of her home congregation, has developed a community devoted to becoming a beloved community.

After four years of work, Helen can report with a full heart that “everyone has experienced change and witnessed growth, which is healing. They are now ready to get to work”. What work? To support community organizing by partnering with organizations serving those in need. For this joint work, Helen continues to serve as a guide, offering the necessary companionship and support they might need. She feels that being on the journey with the participants is crucial to maintain this community of leaders.

Besides this labor of love, Helen is a member of the Racial Justice Commission in the Diocese of Massachusetts. Her subcommittee works with the diocesan staff and Episcopal congregations to create accountable and transparent structures, in their hiring practices, search committees’ processes, and business practices.

The Racial Justice Commission has five subcommittees centered in God with constant prayer to help alleviate the pain and work together toward healing. Helen believes that the work of the Commission will advance the realization of a dream for Episcopal dioceses, congregations, and communities to truly become beloved communities.

2021-11-02T18:18:27+00:00November 2nd, 2021|

El rememorar de una mujer de Lakota

Deacon Twilla R Two BullsEscrito por el Reverendo y Diacono Twilla R. Two Bulls Provincia VI

Mi nombre es Reverendo y Diacono Twilla R. Two Bulls, y yo estoy enrolado como un miembro de la Tribu Oglala Sioux, localizada en la reserva “Pine Ridge” en Dakota del Sur. También tengo antecedentes o ancestros de la Tribu “Cheyenne del Norte” por el lado materno. Los de la Tribu “Cheyenne del Norte” fueron aliados de las personas de Lakota. Yo soy hija del Reverendo Robert G. Two Bulls y Delores Two Bulls Ten fingers. En el ocaso de los 1800, los apellidos de nuestros ancestros fueron mal traducidos; originalmente, nuestro nombre fue “Tatanka Nunpa” que significa “Dos búfalos” (Two Bulls). Diez dedos (Ten fingers) significo que nuestros ancestros fueron artesanos y podían hacer de todo con sus manos.

Hay muchas historias que he escuchado durante mi vida, pero yo quiero rendir tributo a mi abuela, Emma Gillespie. Su padre era irlandés de Missouri. Después de la Guerra civil, fue al Norte a ganarse la vida. Él se detuvo con su camioneta en Fort Robinson, Nebraska, donde un anfitrión de la Tribu de “Cheyenne del Norte” estaba encarcelado por los soldados y fueron eventualmente movidos a Oklahoma. Fue amor a primera vista con una Mujer Cheyenne. A través de un intérprete, él le pregunto si quería venir con él. Ella dijo que solo iría si su tía venia. Entonces, el hizo planes y dijo a cualquiera que escuchara que él se iría antes del amanecer. El la escondió a ella y a su hija en la camioneta para el gran escape. Ellos se escaparon y se refugiaron con sus aliados, los de la tribu Lakota. Desafortunadamente, los Cheyenne fueron masacrados brutalmente, y enterrados cercanamente. 100 anos después, la Tribu de los “Cheyenne del Norte” trajeron sus restos cerca de Montana. Un capítulo triste en nuestra Historia que muy pocos conocen.

Recuerdo a mi abuela muy bien. Ella murió a los 39 años. Ella tenía muchas historias de su juventud. El mismo Padre de mi madre murió cuando ella tenía 13 años, y mi abuela tuvo que criar 3 niños sola. Ellos vivieron en el campo, a nueve millas de lo que es hoy en día la Autopista principal. Mi abuela casaba para buscar comida con un rifle .22.

Un día, observo a dos venados y los apunto con su rifle. Eventualmente disparo y ambos animales cayeron al suelo Muertos. ¿Puedes imaginarlo? Todos en el área hablaron de ella por un buen tiempo. De la piel de esos venados, se hizo un vestido, el cual yo preserve hasta el día de hoy.

Cierro diciendo que mi abuela fue siempre una persona religiosa. Ella siempre decía, “Aquí estoy. Úsenme.” Y yo pienso que su influencia ha hecho de sus nietos las personas que son hoy en día.

Enviado por la Senora Karen Patterson

Presidente, NECW

2021-11-02T17:44:59+00:00November 2nd, 2021|

A Lakota Woman’s Remembrance

Deacon Twilla R Two Bullsby Rev. Deacon Twilla R. Two Bulls  – Province VI

My name is Rev. Deacon Twilla R. Two Bulls, and I am an enrolled member of the Oglala Sioux Tribe located on the Pine Ridge Reservation in South Dakota. I also have Northern Cheyenne ancestry on my mother’s side. The Northern Cheyenne were allies with the Lakota peoples. I am daughter to Rev. Robert G Two Bulls and Delores Two Bulls Ten Fingers. In the Late 1800s our ancestor’s last names were translated wrong; originally our name was Tatanka Nunpa, meaning Two Buffalos. Ten Fingers meant that our ancestor was a well-known crafter and could do anything with his hands.

There are many stories I have heard during my lifetime, but I want to pay homage to my grandmother, Emma Gillespie. Her father was an Irish man via Missouri. After the Civil War, he went up north to make his way in the world. He stopped with his wagon at Fort Robinson, Nebraska, where a host of Northern Cheyenne were held prisoner by the soldiers and were to be eventually moved to present-day Oklahoma. It was love at first sight with a young Cheyenne woman. Through an interpreter, he asked for her to come with him. She would only go if she could bring her aunt. So, he made plans and told any who would listen that he was leaving very early before sunrise. He hid her and her aunt in his wagon for the great escape. They did escape and found refuge with their allies, the Lakota. Unfortunately, the Cheyenne who were left behind were brutally massacred at Fort Robinson and buried nearby. Some 100 years later the Northern Cheyenne brought their remains home to Montana. A sad chapter in our history that very few know about.

I remember my grandmother very well. She passed only 39 years ago. She had many stories of her young life. My own mother’s father passed when she was 13, and Grandmother had to raise her three children on her own. They lived way out in the sticks, nine miles from the present-day main highway. So, Grandmother had a one-shot .22 rifle and went hunting to feed her young children.

One day, she came upon a buck and beside him was a doe. She aimed her rifle, fired, and both deer fell to their death. Can you imagine? She became the talk in that area for quite a time. From the buckskins from those deer, she made herself a dress and I am now the proud caretaker of the same dress today.

I will close by saying my grandmother was always a religious person. She was always the one who said, “Here I am. Use me.” And I think that influence has made her grandchildren who they are today.

Submitted by Ms. Karen Patterson

President, NECW

2021-11-02T17:42:56+00:00November 2nd, 2021|

Sanadores en el nombre de Cristo

Episcopal Church Women MinistryEscrito por Rick Stanitis

 Otorga, Oh Señor, que el Santísimo Espíritu de Vida pueda mover cada corazón humano de tal forma que ninguna barrera pueda dividirnos, que las sospechas desaparezcan, y el odio cese; que nuestras divisiones sean sanadas y así vivir en justicia y paz; por Cristo, nuestro Señor. Amen.

 La rama Episcopal del movimiento de Jesus, mayordomos que soñamos y trabajamos para fomentar comunidades amorosas donde todas las personas pueden experimentar dignidad y vida en abundancia y considerarse a sí mismos y al prójimo hijos amados de Dios.

 Hay mucho entusiasmo entre las personas de la Provincia V para educar y transformarse en una comunidad amorosa. En la diócesis y comunidades, individuos se esmeran en el trabajo transformador de formar una identidad como seguidores de Jesucristo. En nuestro pacto bautismal, nosotros profesamos que alcanzaremos la justicia y la paz entre las personas, y respetamos la dignidad de cada ser humano. Yo siempre reflexiono sobre esta promesa mientras avanzo en mi ministerio y mi vida. Es este el pacto que yo siento que enmarca nuestro proceso en convertirnos en una comunidad amorosa. Los comités, grupos de fe, círculos de práctica, comunidades y redes se reúnen regularmente a lo largo de la provincia con el propósito principal de informar y educar a los miembros de la historia del racismo sistemático en el mundo.

Yo creo que la respuesta más común que escucho de personas que empiezan el proceso de concientización sobre el racismo en nuestra Sociedad es la siguiente: “No tenía idea de que eso estaba pasando y hasta qué punto. O, mi educación carecía de esta concientización.” Esta es una de las muchas razones por las que necesitamos estudiar, y discutir los efectos devastadores del racismo sistemático y trabajar duro para acabar con ello en todas sus formas. De la manera que lo veo, el aprendizaje en comunidades de apoyo está ocurriendo a lo largo de la provincia y es un paso importante para transformarnos en una comunidad amorosa.

El campo sagrado es una serie de diálogos sobre la raza diseñados para nuestros tiempos. Es un intento para responder a los profundos retos que existen actualmente en nuestra Sociedad. Se enfoca sobre los retos que desembocan de la raza y el racismo. También trata sobre el dialogo transformador que tenemos entre nosotros. Invita a los participantes a rememorar para ver las diversas etapas que nos han traído hasta acá, y lo hace de una manera personal, siempre reflexionando sobre las historias de familiares e historias, al igual que narrativas importantes que forman la historia colectiva americana. Mantiene la visión de una comunidad amorosa como guía. 

 Los círculos sagrados se están formando a lo largo de la provincia y están usando el currículo de la mejor manera para enmarcarse al contexto y las comunidades. Miembros de la provincia V se reúnen virtualmente. Estos grupos comparten experiencias ponderosas. Los entrenamientos tuvieron una asistencia mayoritaria y ofrecieron información útil. La esperanza es que estas sesiones den a la comunidad y sus líderes la confianza para organizar y facilitar círculos sagrados en sus comunidades y vecindarios. Los cursos de Círculos sagrados tienen excelentes videos de formación sobre tópicos para discutir. Yo creo que los círculos sagrados, al igual que los libros y otros videos, son la espina dorsal para transformar a la comunidad.

Otra parte critica de nuestro viaje para convertirnos en una comunidad amorosa es el acompañamiento. Nosotros necesitamos de otros mientras aprendemos y discutimos tópicos serios e importantes como estos. Para algunas personas, esta experiencia de que han estado desinformados por tanto tiempo es difícil de aceptar y discutirlo es esencial. Acá es donde la provincia V desmantela redes de racismo, lo cual es esencial. Este grupo comparte información y actividades a lo largo de provincias y está abierta a todos los individuos interesados en combatir el racismo sistemático. Otras provincias locales se reúnen y apoyan mutuamente y se aman mutuamente de la misma manera que nuestro Dios nos ama. Yo motivo a todos para que inicien su propia jornada en educar a los demos para terminar con el racismo.

Esto no es un programa o actividad por temporada que haces cuando te impelan a hacerlo. Este paradigma ha cambiado. Una nueva manera de ser, una manera de abrir nuestra mente y corazón al Espíritu de Dios. Convertirnos en una comunidad amorosa no es un trabajo que se consigue de la noche a la mañana o que es un requerimiento para un ministerio. Es una transformación andante que debemos abarcar en la más sutil y genuina de las maneras que podamos. Un cambio que viene del corazón y hará de nuestra comunidad un ambiente más abierto para los niños de Dios. Por ende, únete a un grupo, lee un libro, edúcate a ti mismo para acabar con el racismo sistemático. Depende de cada uno de nosotros el crear un mundo mejor para todos donde el racismo no destruya vidas. Se la persona que trae el cambio que da vida y trabaja para construir una comunidad más amorosa.

Juntos, crecemos como conciliadores, buscadores de justicia y sanadores en el nombre de Cristo.

Enviado por Jan Goossens

Representante de la provincia V, NECW

2021-11-02T17:32:51+00:00November 2nd, 2021|

Healers in the Name of Christ

Episcopal Church Women Ministryby Rick Stanitis

Grant, O God, that your holy and life-giving Spirit may so move every human heart that barriers which divide us may crumble, suspicions disappear, and hatreds cease; that our divisions being healed, we may live in justice and peace; through Jesus Christ our Lord. Amen.

 The Episcopal branch of the Jesus movement, stewards that we dream and work to foster Beloved Communities where all people may experience dignity and abundant life and see themselves and others as beloved children of God.

 There is much enthusiasm and drive among the people of Province V to educate and become a Beloved Community. In the dioceses and communities, individuals are engaging in transformative work of living into our full identity as followers of Jesus Christ. In our Baptismal Covenant, we profess that we will strive for justice and peace among all people, and respect the dignity of every human being. I often reflect on this promise as I move forward in my ministry and my life. It is this covenant that I feel frames our journey forward in becoming a beloved community. Committees, faith sharing groups, circles of practice, communities and networks are meeting regularly across the province with the main purpose to inform and educate members of the history and harm of systematic racism in our communities and world.

I believe the most common response that I have heard from folks as they start the process of awareness of the serious long-standing racism in our society is: “I had no idea this was going on and to this extent. And/or My education was lacking or biased about racism”. That is one of the many reasons we all need to study, digest, and discuss the devastating effects of systematic racism and work hard to dismantle racism in all forms to the best of our ability. As I see it, learning in supportive environments is happening all across the province and it is the important first step in Becoming Beloved Community.

Sacred Ground is a race dialogue series designed for these times. It is an attempt to be responsive to the profound challenges that currently exist in our society.  It is focused on the challenges that swirl around issues of race and racism, as well as the difficult but respectful and transformative dialogue we need to have with each other about them. It invites participants to walk back through history in order to peel away the layers that brought us to today, and to do so in a personal way, reflecting on family histories and stories, as well as important narratives that shape the collective American story. It holds the vision of beloved community as a guiding star

 Sacred Ground circles are forming around the province and are using the curriculum in ways that best suit their context and community. Members of Province V gathered virtually at one of two teach ins held in June for anyone interested in learning about best practices and experiences of facilitating a Sacred Ground circle. These teach ins were convened by individuals from throughout the province and the sharing of experiences was powerful. These trainings were well attended and those gathered offered helpful information. The hope of these sessions was to give community leaders the confidence to organize and facilitate Sacred Ground circles in their church communities and neighborhoods. The Sacred Ground courses have excellent videos and printed materials for faith communities to learn from and topics for discussion. I believe that Sacred Ground as well as other books, videos, and teaching curriculums are the backbone of a learning and transforming community.

Another critical part of our journey to becoming a beloved community is companionship. We need others with us as we learn and discuss such important and serious topics. For some people this realization that they have been so “uninformed” for so long is difficult to accept and having community for discussion and processing is essential. This is where the Province V Dismantling Racism Network can be helpful. This group shares information and activities across the province and is a key network opportunity for many working to restore racial justice. This network meets quarterly via Zoom and is open to all individuals interested in dismantling systematic racism. Other local, diocesan and provincial groups meet and support each other as minds are opened and hearts are warmed to love one and other as we are loved by our God. I encourage you to start your own individual journey to learn more and help bring an end to the racism that plagues our siblings each day.

This is not a program or seasonal activity or something that you do when you are asked to be part of by others. This is a paradigm shift. A new way of being, a way of opening your mind and heart to the Spirit of God. Becoming Beloved Community is not a once and done or a training that is required for ministry. It is an ongoing transformation that we must fully embrace in the most gentle and genuine way that we can. A change that comes from the heart and will make our community a more welcoming place for all the children of God. So, join a group, read a book, engage in, learning opportunities to educate yourself in the overdue work of dismantling systematic racism. It is up to each of us to create a better world for everyone, and a world where racism is not destroying lives. Be the person who brings about the change that gives life and work towards Becoming Beloved Community.

Together, we are growing as reconcilers, justice-makers, and healers in the name of Christ.

Submitted by Jan Goossens

Province V Representative, NECW

2021-11-02T17:29:19+00:00November 2nd, 2021|

Ministerios de Clementa Pinckney

Clementa Pinckney MinistriesEscrito por Janice N. Meyer, BA, MDiv

En el año 2015, la nación y el mundo compartieron un dolor inimaginable por el asesinato y las muertes violentas de nueve niños adultos de Dios estudiando la biblia en el sótano de su iglesia de la Madre Emmanuel en Charleston, Carolina del Sur. Entre las nueve vidas preciosas que se perdieron estuvo la del Reverendo Clementa Pinckney, pastor y estadista.

Cada año desde el año 2015, una feria de la Salud es llevada a cabo en el mismo sótano donde ocurrieron los asesinatos, reemplazando la tragedia con esperanza. La feria de salud “Clementa Pinckney” fue iniciada por Eleonora Taylor y otras personas de la Iglesia Madre Emmanuel para honrar el amor del Reverendo Pinckney por medio de sus ministerios y voluntariado.

Ellos han invitado a la comunidad de la salud a tomar parte de este ministerio anualmente. Muchos proveedores de salud participan.

Ha sido un privilegio para mí el participar cada año de diferentes maneras en la feria de salud “Clementa Pickney” para apoyar a los ministerios que honran su vida y ministerios, y también para continuar la construcción del reino de Dios aquí en la tierra.

Muchos adultos y niños en la feria de salud deciden visitar la mesa de San George para recibir la unción del aceite, tener sus manos bendecidas, y aprender más acerca de esta parte vital de como nuestra fe y salud espiritual están integradas en el Sistema de salud en su totalidad.

El material devocional, una fruta saludable, paquetes de semilla para sembrar, y otros souvenirs son compartidos. Y no podemos olvidarnos de las historias y el amor compartido.

Fuera de la iglesia, yo ofrezco oportunidades didácticas y experimentales para la expresión de nuestros sentimientos, pensamientos, alegrías, tristezas, y el amor tal como el arte de tizas en las aceras y actividades divertidas dirigidas para todas las edades.

La feria de salud “Clementa Pinckney” ofrece un día de no solo información sobre la salud que da vida, sino de una evangelización ecuménica que busca sanar.

En agosto de 2021, un miembro de la Iglesia Madre Emmanuel compartió conmigo lo siguiente: “Nuestro dolor aun es palpable aun cuando hayan pasado seis años desde la tragedia porque ocurrió de una manera inesperada.”

2021-11-02T17:20:25+00:00November 2nd, 2021|

Clementa Pinckney Ministries

Clementa Pinckney Ministriesby Janice N. Meyer, BA, MDiv

In 2015 the nation and world shared unfathomable grief for the murder and violent deaths of the nine adult children of God in Bible study in the basement of their church, Mother Emmanuel AME Church, Charleston, South Carolina. Among the nine precious lives lost was the senior pastor, The Rev. Dr. Clementa Pinckney, a pastor and a statesman.

Each year since 2015, a Health Fair is held at that same church basement site, replacing tragedy with hope and life-giving health care information and screenings. The Clementa Pinckney Health Fair was initiated by the devoted Elenora Taylor and others from Mother Emmanuel Church to honor Rev. Pinckney’s love for outreach ministries.

They have graciously invited the community partners in healthcare to be a part of this life-giving ministry each year. Many healthcare providers participate.

It has been my privilege to participate each year in different ways with the Clementa Pinckney Health Fair to both support these ministries to honor his life and ministries and continue to build the kingdom of God, on earth.

Many adults and children at the health fair chose to visit the St George’s booth to be anointed with oil, have their hands blessed, and learn more about this vital part of how faith and spiritual health are a part of integrated, overall healthcare.

Devotional material, a healthy fruit, seeds packets for “sowing,” and other healthy giveaways are shared. Not to mention the stories and love that are shared…

Outside the church, I offer other different didactic and experiential opportunities for expression of feelings, thoughts, joy, grief, hope and love such as sidewalk chalk art and a fun team-building activity using parachutes, offered for all ages.

The Clementa Pinckney Health Fair offers a day of not only life-giving health care information but, in my experience, a broader life-giving day of evangelism, ecumenical community outreach, relationship nurturing and healing for all.

In August 2021, one Mother Emmanuel Church member shared with me: “Our hurt and pain is still there even though it has been six years because it was so unexpected.”

2021-11-02T17:17:10+00:00November 2nd, 2021|

Construyendo una comunidad amorosa En Colorado

Escrito por Samara Fay – secretaria, NECW

La Diocesis de Colorado es una serie de comunidades, algunas diversas, otras homogéneas. La Diocesis tiene muchas iniciativas dirigidas a una membresía amorosa e inclusiva. Muchas áreas rurales son predominantemente blancas, por ende, la mayoría de los ministerios de inclusión están localizados en el área metropolitana de Denver y sus suburbios.

El ministerio del Jubileo en Colorado es parte de una red a nivel nacional que sirve a inmigrantes, indios nativos americanos, niños y otras poblaciones vulnerables de acuerdo con las directrices de “Mateo 25:35” de alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, dar albergue al extranjero, vestir al desnudo, atender al enfermo y al reo. Ellos también viven de acuerdo con la directriz en “Mica 6:8” de hacer justiciar, amar la misericordia y andar sin mancha frente a Dios.

En Denver, uno de los programas, es el centro De San Francisco, un refugio vespertino que alberga y provee servicios a los “sin Hogar”, tanto a hombres como a mujeres. Para los refugiados de Sudan, la iglesia de los Miembros sudaneses se reúne los domingos por la tarde en la capilla de la catedral de San John. Las personas son suministradas de apoyo, habilidades como aprender a hablar inglés, como llevar un presupuesto, y como manear una computadora. Hay muchos programas de alimentación provistos tanto por Iglesias locales, como por ministerios de cárceles. A millas de distancia, en las montañas de la ciudad de Breckenridge, en la Iglesia de San Juan el Bautista, se provee ayuda y asistencia a los Jóvenes indocumentados (DACA), quienes fueron traídos a los Estados de Unidos de América de una manera ilegal y que ahora enfrentan ser deportados de este país al que llaman su hogar.

Hay varios ministerios Multiculturales que tienen por meta, de acuerdo con la información diocesana, el crear una Sociedad y participación con las comunidades africanas, Indios Nativos Americanos, asiáticos, Árabes, y Latinos. Estas sociedades se forman con la anuencia del sínodo “Rocky Mountain” del ELCA. La diócesis le da trabajo a un Sacerdote Latino y misionero para la iglesia Episcopal Iglesia en Colorado. Las Iglesias, en al menos tres ciudades, otorgan servicios en español: Denver, Thornton y la ciudad minera de Leadville.

El grupo de enfoque llamado “Race”, formado por la diócesis en el año 2021, ayuda a las Iglesias que buscan convertirse en comunidades amorosas donde se eliminan la opresión.

Finalmente, El Obispo Kym Lucas explícitamente da un apoyo absoluto a la comunidad LGTBAIA en Colorado. ¿Acaso hay muchas letras nuevas en el acrónimo? Significan Lesbianos, afeminados, bisexuales, transgéneros, intersexuales, asexuales.

2021-11-01T17:24:54+00:00November 1st, 2021|

Building a Beloved Community in Colorado

by Samara Fay – Secretary, NECW

colorado-fall-colorsThe Diocese of Colorado is a patchwork of communities, some diverse, some homogeneous. The diocese has many efforts aimed at loving, inclusive membership among all people. Many small, rural communities are mostly white, so the majority of the ministries of inclusion are in the large metropolitan area of Denver and its suburbs.

The Jubilee Ministry in Colorado is part of a nationwide network that serves immigrants, Native Americans, children and other vulnerable populations according to the admonition in Matthew 25:35 to feed the hungry, give drink to the thirsty, welcome the stranger, clothe the naked, care for the sick and visit the imprisoned. They strive after the vision in Micah 6:8 to do justice, love mercy and walk humbly before your god.

In Denver one of the programs is the St. Francis Center, a daytime shelter that provides services for homeless men and women. For Sudanese refugees, the Sudanese Community Church meets on Sunday afternoons in a chapel in St. John’s Cathedral. The people are given relocation support, parenting skills training, English as a second language, budget management and computer training. There are many feeding programs provided by local churches, as well as prison ministries. Miles away, in the mountain resort town of Breckenridge, St. John the Baptist Church provides assistance to local DACA recipients, young people brought here illegally as children who now face possible deportation from the country they regard as home.

There are various multicultural ministries that have as their goal, according to diocesan information, to create full partnership and participation with African, Native American, Asian, Arab and Latino descent communities. This is done in partnership with the Rocky Mountain Synod of the ELCA. The diocese employs a Latino priest as the Latino/Hispanic missioner for the Episcopal Church in Colorado. Churches in at least three cities provide services in Spanish: Denver, Thornton and the old mining town of Leadville.

The Race Task Force, formed by the diocese in 2017, helps churches seeking to become Beloved Communities and eliminate racial injustice and oppression.
Finally, Bishop Kym Lucas explicitly gives solid support and acceptance to LGBTQIA people in Colorado. Are there too many new letters in that acronym? It means lesbian, gay, bisexual, transgender, queer, intersex, and asexual.

2021-11-01T16:41:56+00:00November 1st, 2021|
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