Tu nunca deberías preguntarse si las mujeres episcopales pueden cambiar el mundo. Lo ves todos los días. Pat Sanger de Park City, Utah, fue una de ellas ya que vio una necesidad en la Reserva Ute en la pequeña ciudad de Whiterocks, Utah, y actuó de manera consecuente sobre ella.
Pat era una enfermera registrada en psiquiatría avanzada avocada a los jóvenes que cuidaba. Imaginó un programa extracurricular basado en actividades creativas abiertas, por medio del cual los niños y adolescentes pudieran manifiestan lo que sienten. Ella catalogó a su programa bajo el nombre de Arts-Kids (Arte para niños) y lo perfeccionó en las escuelas de Park City, para niños de esa comunidad turística que padecían de TDAH, problemas de socialización o problemas de enseñanza. Si bien las escuelas primarias de Park City se aceleraron a incorporar el programa, Pat se preguntó cuál podría ser su impacto en una comunidad traumatizada por tiempo prolongado.
Cuando Pat se unió a un grupo de la Iglesia Episcopal de San lucas (St. Luke) en Park City para visitar la Iglesia Episcopal de Santa Elizabeth (St. Elizabeth) en Whiterocks, ocurrió un gran avance. Durante el almuerzo tuvo una larga tertulia con una joven madre que llevaba por nombre Emmy y aprendió sobre los retos de la comunidad: alcoholismo, familias rotas o disfuncionales, e incluso muertes prematuras de jóvenes.
Emmy se instruyó en lo que harían sus hijos en “Arte para Niños” o Arts-Kids en inglés: después de la merienda, participarían en un círculo de charla presentándose y determinando sus intenciones para la tarde. Los mentores adultos estarían dispuestos a escuchar y a aupar, produciendo de esa manera confianza. Posteriormente, un artista lideraría un proyecto de artes expresivas, que podrían traducirse en artes visuales, danza, teatro y yoga, o artes tradicionales Ute, que incluyen contar cuentos, tocar tambores, cantar y hacer cuentas. Se desarrollarían hábitos de vida saludables mediante juegos activos al aire libre y comidas nutritivas.
Se ha dicho que, en las comunidades indígenas, si tres abuelas le dan su bendición a un programa, el mismo surge y tiene éxito. El entusiasmo de Emmy por el “Arte para niños” (Arts-Kids) fue afirmado ese día por tres abuelas locales, incluyendo a la Rev. Sue Duffield, otrora el sacerdote en la Parroquia de Santa Elizabeth. Gentes de todas las edades colaboraron monetariamente para ayudar al programa. Compañías de petróleo locales, la Diócesis Episcopal de Utah y benefactores otorgaron dichos fondos.
Una de las inspiraciones de Pat Sanger fue la de crear un cartel con una breve lista de intenciones. Divertirse fue la primera opción y la más fácil, pero los niños también podían elegir Mantener el control, Ser creativo, Ayudar a alguien más, Tomar un riesgo, Aprender algo nuevo o Estar abierto y presente. A medida que los jóvenes se relajaron, fueron más allá del programa Have Fun para establecer intenciones más complejas, todas las cuales fueron revisadas en un círculo de conversación de clausura antes de la cena.
Pat Sanger falleció en 2022, sabiendo plenamente que su legado perduraría en el tiempo sin ella. Nosotros llevamos un concurso para escoger un nuevo nombre, y un joven alumno graduado del programa ideo el siguiente nombre “El Arte Empodera”. Acto seguido, procedió a crear el logo.
Durante los últimos 17 años, toda una generación de niños de Ute han expresado sus intenciones y desarrollado todo tipo de arte. Ellos han bailado y jugado y hecho amistades y compartido innumerables comidas. “El Arte Empodera” los ha ayudado a crecer y convertirse en los jóvenes adultos que son hoy en día, con un gran futuro por delante.
Talentosas Mujeres Episcopales han hecho arte que ha empoderado, y estamos profundamente agradecidos por ello.
by Lola Beatlebrox y Rev. Michael Carney